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INVESTIGACIÓN DE LA UNIVERSITAT POLITÈCNICA DE VALENCIA
Las amebas causantes de infecciones como la Salmonella o el Helicobacter viven en espinacas y lechugas, que se comen mayormente crudas.
Elestudio preliminar se ha presentado en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas, EECMID, que se ha celebrado en la capital portuguesa, Lisboa. En esta reunión, la doctora Yolanda Moreno y sus colegas, de la Universitat Politècnica de Valencia, ha sugerido que las verduras de hojas verdes son particularmente susceptibles a la contaminación por bacterias causantes de infecciones.
El peligro que entrañan estos alimentos es el de albergar patógenos humanos como Pseudomonas, Salmonella y Helicobacter, que son un riesgo potencial para la salud pública. Esto se debe a que los vegetales como las espinacas o las lechugas se producen muy cercanas al suelo. Además, la mayoría de las personas consumen estos alimentos sin cocinar.
La preocupación por llevar una dieta saludable ha hecho que cada vez sean más comunes las frutas y verduras cultivadas orgánicamente. Otra de las preocupaciones que incitan a consumir este tipo de alimentos es la posible contaminación por pesticidas, fertilizantes químicos y herbicidas. Sin embargo, los productos ecológicos también pueden transportar bacterias que pueden causar enfermedades a los humanos.
Posible contaminación de las verduras ecológicas
La doctora Moreno señala que, durante el crecimiento, así como la cosecha, el transporte, procesamiento y manipulación, los productos frescos pueden contaminarse con patógenos. Estas bacterias pueden provenir de fuentes humanas o animales y se pueden pasar a los vegetales a través del contacto con el suelo, el agua de riego, aire, lluvia, insectos o el lavado industrial de los vegetales.
Asimismo, en el Congreso se señaló que las verduras pueden contaminarse con organismos unicelulares o protozoos que se alimentan de bacterias y también pueden actuar como huéspedes de otras bacterias patógenas. Estos organismos, denominados "caballos de Troya", podrían suponer una amenaza para la salud pública.
"Los alimentos y los entornos relacionados con los alimentos crean un lugar de encuentro ideal para las amebas de vida libre y las bacterias patógenas", explicó la doctora Moreno. Por eso decidieron realizar un estudio sobre las amebas en vegetales orgánicos y su papel en la transmisión de patógenos humanos.
¿Qué tipos de bacterias hay en los vegetales?
Para realizar su investigación, los científicos recolectaron 17 muestras de lechuga y espinacas de supermercados locales de Valencia entre noviembre de 2020 y mayo de 2021. Después las analizaron con una técnica metagenómica que analiza el ADN de todas las bacterias presentes. Los resultados se evaluaron posteriormente para determinar qué tipos de microbios había en cada muestra vegetal.
Los principales tipos bacterianos identificados fueron Flavobacterium, que se encontró en el 10 % de las muestras vegetales, y Pseudomonas, que estaba presente en el mismo porcentaje. Estas bacterias no causan enfermedades en humanos.
Sin embargo, un 34 % de las muestras contenía 52 tipos de bacterias potencialmente causantes de enfermedades, incluidas Legionella, Salmonella y Arcobacter. Estos organismos pueden causar infecciones en humanos que podrían derivar en enfermedades como neumonía o afecciones gastrointestinales.
Por otra parte, la Vermamoeba vermiformis, que puede causar enfermedades graves en los humanos, se encontró en un 19 % de las muestras vegetales y Acanthamoeba castellanii, que pueden causar ceguera y encefalitis, se encontró en el 63 %.
De dónde puede provenir esta contaminación de vegetales
La doctora Moreno y sus colegas admiten que la presencia de estas bacterias, que están contenidas dentro de las amebas de vida libre, pueden transmitir fácilmente patógenos que pueden llegar a los humanos y causarles enfermedades.
Respecto al origen de estas bacterias, Moreno explica que "la contaminación puede surgir como consecuencia del tratamiento del suelo con fertilizantes orgánicos como estiércol y lodos de depuradora y del agua de riego".
Además, a estos factores se le suma que "los vegetales de hojas verdes son particularmente susceptibles a la contaminación fecal debido a su proximidad al suelo y la probabilidad de que los humanos los consuman sin cocinarlos".
Respecto a los resultados, Moreno enfatiza en la necesidad de educar a las personas para que manejen de forma segura y adecuada las verduras orgánicas antes de comerlas crudas. Además, admite que su investigación necesitaría una ampliación con mayor cantidad de vegetales analizados y en más países.
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