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LA NATURALEZA ES SABIA
Objetos cotidianos de nuestro día a día, como el velcro, han sido resultado de la observación de las capacidades de la naturaleza. Así surgió la biomimética.
Las obras de la naturaleza son, a veces, tan grandes e, incluso, inverosímiles que el ser humano ha hecho por imitarla en infinidad de ocasiones. A esto se le llama Biomimética, imitar los modelos, sistemas, procesos y elementos de la naturaleza. Y es que, desde hace más de 500 años, el ser humano ha buscado inspiración en la naturaleza para resolver sus problemas.
Leonardo da Vinci fue uno de los primeros observadores de la naturaleza al crear los primeros bocetos de máquinas voladoras a través de la anatomía y el vuelo de las aves. Pero el término Biomimética se utilizaría por primera vez en 1957 por Otto Schmidt para describir la transferencia de las teorías biológicas a soluciones tecnológicas.
En nuestro día a día encontramos multitud de elementos cuya anatomía viene dada de la naturaleza.
La naturaleza como ejemplo
Turbinas eólicas
Las pequeñas cuencas en las aletas de las ballenas, incrementan la aerodinámica y estabilidad de este animal, ayudándolas a ascender con un 8% más de eficiencia y reducir la fricción con el agua en un 32%. Esto ha servido de inspiración para las palas de turbinas eólicas, alas de aviones o ventiladores de refrigeración, ya que ayudan a optimizar la fricción de grandes cuerpos, en el agua o el viento.
El velcro
Algo tan común en nuestro día a día cómo es el velcro surgió en 1941 de manos del ingeniero George de Mestral, al observar cómo el cardo bardana se quedaba enredados en el pelaje de su perro. Los pequeños ganchos encontrados al final de las agujas del cardo servían de enganche.
Pintura repelente al agua y el polvo
La flor de loto cuenta con una superficie microrugosa que repele el agua con facilidad eliminando consigo el polvo y las partículas de suciedad. Esto se debe a unas pequeñas protuberancias en forma de uñas que, al pasar el agua por ellas, agarra todo lo que se encuentre en la superficie. Esto ha servido de ejemplo para crear pinturas, telas (cómo los chubasqueros) o superficies repelentes a los líquidos.
Los trenes
La forma picuda de la punta de los trenes surgió como respuesta a un problema que se daba en Japón. El tren bala Shinkasen realizaba un gran estruendo cada vez que salía de un túnel y el ingeniero Eiji Nakatsu encontró la solución en la naturaleza. Aficionado avistador de aves, imitó el pico del martín pescador que, al sumergirse en el agua para atrapar su presa, apenas causa salpicadura. Esta imitación mejoró la velocidad y la eficiencia de este medio de transporte en un 15% menos de energía y un 10% más de velocidad.
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