MEMORIA

Cada vez escribimos menos a mano y estas son las consecuencias para nuestro cerebro

Escribir a mano activa tres regiones de nuestro cerebro: el área cognitiva, el área visual y el área motora.

Estamos viviendo en la época de las pantallas y de los teclados. Escribir a mano parece una cosa de la prehistoria, reservada casi a hacer la lista de la compra. El email y las redes sociales han acabado por desterrar la escritura manual. Hasta hace menos de lo que pensamos, el papel y un simple boli eran protagonistas de nuestra rutina diaria.

Pero nada es gratis en la vida y renunciar a la escritura manual, tampoco lo es. El simple hecho de escribir a mano activa tres regiones de nuestro cerebro: el área cognitiva, el área visual y el área motora. ¿Qué consecuencias tiene esto en nuestro cerebro?

La realidad es que las sensaciones físicas en los procesos mentales, como puede ser la escritura, facilitan el aprendizaje del mismo. Un estudio demostró que escribir a mano facilita lo aprendido con respecto a otros tipos de escritura, como con el teclado.

Un estudio de 2021 demostró que los recuerdos a corto y medio plazo de palabras aprendidas tecleándolas o escribiéndolas de forma manual, eran mucho mejores con el segundo método. En otro estudio se enseñaban caracteres de origen asiatico a un grupo de personas, tras esto se les pedía que lo reprodujeran a mano o con el teclado. No había una diferencia significativa en cuanto al recuerdo en el momento de terminar. Sin embargo, las personas que usaban el teclado olvidaron gran parte de lo enseñado con el paso del tiempo.

Algunos expertos justifican que el uso del lápiz y papel está más “integrado en el cuerpo”, y esto genera una huella de memoria más distintiva, y por lo tanto su memorización es más sencilla. Es el mismo principio por el que recordamos más a una persona que destaca por una característica fuera del promedio, como medir más de 2 metros.