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JAVIER ACOSTA
El joven colombiano de 36 años decidió someterse a la eutanasia tras luchar sin éxito contra una grave infección provocada por este patógeno.
Javier Acosta, un joven colombiano de 36 años, solicitó la eutanasia después de luchar durante cinco años contra la osteomielitis y un cáncer en la sangre que se desarrolló tras haber sido infectado por un hongo llamado Candida auris que contrajo en una piscina.
Tal y como explica National Geographic, se trata de una bacteria que tiene capacidad para provocar infecciones graves, especialmente en el cuerpo de pacientes con un sistema debilitado.
Afecta al torrente sanguíneo de los infectados, y su gravedad aumenta cuando la infección llega a los órganos vitales. La falta de curas, sumado a su rápida propagación, hace que sea una enfermedad mortal prácticamente imposible de curar.
Los síntomas de una infección por Candida auris pueden ser similares a los de otras infecciones y a menudo incluyen fiebre alta y persistente, escalofríos, sudores, así como enrojecimiento, descamación o picor en la piel. Debido a la similitud de estos síntomas con los de otras enfermedades, el diagnóstico de C. auris puede ser complicado y generalmente requiere pruebas de laboratorio específicas.
El contagio de este hongo ocurre principalmente a través del contacto físico, ya sea con superficies contaminadas o fluidos corporales de personas que portan el hongo. Una vez que el hongo ingresa al cuerpo, puede infectar el torrente sanguíneo y llegar a diversos órganos, lo que convierte la infección en una amenaza seria y difícil de tratar.
En el caso de Javier Acosta, el hongo se propagó a través del agua. Y es que espacios como piscinas o bañeras que no tienen el tratamiento adecuado son lugares en los que este tipo de bacterias se reproducen rápidamente.
El tratamiento suele ser la administración de antimicóticos, que se utilizan para evitar el crecimiento de algunos tipos de hongo y en algunos casos, también para eliminarlos. El problema es que el hongo puede mostrar resistencia al medicamento y además, que su efectividad dependerá mucho de la gravedad de la infección en el momento en el que se trata.
Tras cinco años de dolor y con cada vez menos expectativas de poder recuperarse, el joven solicitó la eutanasia al tribunal médico. Su petición le fue concedida y se llevó a cabo el pasado viernes 30 de agosto.
Mantenerse alerta a la hora de entrar en las instalaciones y tomar las medidas adecuadas pueden suponer la diferencia entre contraer una infección o no hacerlo. Estos son algunos consejos para los bañistas: