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USOS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Un estudio de la Universidad de Drexler ha investigado otros usos de ChatGPT que pueden ayudar a los médicos en la detección precoz del alzhéimer.
El alzhéimer es una enfermedad degenerativa que no tiene cura. Sin embargo, detectarla a tiempo puede ofrecer a los pacientes más opciones terapéuticas. Por eso, los científicos centran sus estudios en averiguar cómo detectar esta patología cuando aún hay tiempo de retrasar sus efectos.
Uno de los síntomas del alzhéimer es el deterioro del lenguaje, que afecta a entre el 60 y el 80 % de los pacientes con demencia. Anteriormente, investigadores de la Universidad de Boston ya habían desarrollado un programa para identificar el alzhéimer a través de grabaciones de voz y mediante inteligencia artificial, pero ahora otro grupo científico ha dado un paso más.
Utilizando el moderno software de IA ChatGPT, investigadores de la Universidad de Drexler, en Estados Unidos, han conseguido que sea capaz de detectar signos primitivos del alzhéimer como dudas al hablar, errores de gramática y pronunciación u olvidar el significado de las palabras. El estudiose ha publicado en 'PLOS Digital Health'.
ChatGPTes un modelo que se utiliza, entre otras cosas, para generar respuestas similares a las humanas. Ahora los científicos de Drexler han demostrado que su tercera generación, GPT-3, es capaz de identificar estas pistas en el habla espontánea y detectar el alzhéimer con un 80 % de precisión.
GPT-3 ha logrado predecir las primeras etapas de la demencia tras ser entrenada por los investigadores, ya que es una IA que aprende tras procesar grandes cantidades de información. Por ejemplo, fue enseñada con conjuntos masivos de datos de entrevistas con pacientes con alzhéimer para extraer los patrones de habla de estas personas.
Además, GPT-3 también fue entrenado con grabaciones de voz, para detectar el uso de palabras propio de los pacientes enfermos. Tras varios entrenamientos, esta IA ya era una "máquina de detección de alzhéimer", como señalan desde la Universidad de Drexler.
Para probar si funcionaba, los científicos pidieron a GPT-3 que revisara docenas de transcripciones de entrevistas y decidiera si cada una fue producida o no por alguien que estaba desarrollando alzhéimer. Y las consecuencias fueron muy positivas: "Nuestros resultados demuestran que la incrustación de texto, generada por GPT-3, se puede usar de manera confiable no solo para detectar personas con la enfermedad de Alzheimer de controles sanos, sino también para inferir la puntuación de las pruebas cognitivas del sujeto, ambas basadas únicamente en los datos del habla", escribieron los autores en el estudio.
De cara al futuro, los científicos estadounidenses quieren aprovechar estos "resultados prometedores" para desarrollar una aplicación web que preseleccione a las personas que pueden tener principio de demencia. Esta herramienta podría utilizarse tanto en una casa como en un consultorio médico.