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CURIOSIDAD
Nuestro cuerpo emite energía sin que nos demos nosotros cuenta, que puede afectarnos dependiendo de cómo seamos o cuáles son nuestros hábitos.
Los seres humanos estamos hechos de materia, pero, aunque no nos lo creemos también está presente en nosotros una nube de energía. No hablamos de esa energía mítica a la que denominamos aura, sino a una nube compuesta principalmente por microorganismos y otros compuestos químicos denominados exposoma.
El exposomaestá estrechamente vinculado con nuestro entorno, pero también se puede modificar en función a los hábitos correctos o incorrectos que realizamos nosotros.
Realidad sobre nosotros
La realidad es que no existen dos nubes de estos compuestos químicos iguales. Además, la existencia de estas partículas puede determinar diferentes enfermedades presentes en nosotros tales como: reacciones alérgicas, detectar problemas en la piel...
Todo nuestro entorno está reflejado en nuestro exposoma. Depende de nuestros modelos de vida si vivimos en un determinado lugar, si realizamos una actividad física, lo productos que ingerimos y consumimos. Todo está presente y fuera del alcance de nuestro control y conocimiento. Por ello llevar distintos hábitos saludables se acabarán reflejando en la composición de esta nube presente en nosotros y que nos acompaña siempre en todo lo que hacemos.
Nuestro exposoma puede recoger ciertas partículas del ambiente y entorno que son negativas y producen enfermedades al estar expuestos a ellas. Por ello las actividades que realicemos pueden estar asociadas a cierto malestar persistente en nosotros. Estas partículas no solo producen circunstancias no deseadas en nosotros, sino que también pueden afectar a nuestros familiares y amigos, ya que compartimos el ambiente durante un período de tiempo, los exposomas se mezclan entre sí.