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La ciencia tiene la receta ideal para que el café sepa mejor

La preparación del café es un arte en el que la precisión en el control de diversas variables puede marcar la diferencia entre una taza mediocre y una extraordinaria Si buscas realizar en café perfecto debes controlar cuatro variables.

El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo y ofrece una variedad de beneficios para la salud. Rico en antioxidantes, el café ayuda a combatir los radicales libres, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas. Si buscas realizar en café perfecto debes controlar cuatro variables:

El tamaño de la molienda

El tamaño de la molienda es fundamental para la extracción de los compuestos del café. Si molemos el café muy fino éste presentará una mayor superficie de contacto con el agua. Esto logrará una extracción rápida de los compuestos que nos gustan del café, pero debemos controlar el tiempo de la extracción ya que cuanto más fino más amargo y fuerte estará. Si el grano es muy grueso, el café saldrá insípido. Lo ideal es obtener una molienda intermedia, entre un grano grueso y muy fino, permitiendo un equilibrio adecuado de sabores.

Café | iStock

La temperatura

La temperatura del agua es otro factor crítico. Aunque puede parecer sorprendente, es posible preparar café con agua helada, lo que resulta en una bebida con menos cafeína y amargor. Sin embargo, cuando las temperaturas son demasiado altas, por ejemplo cuando el café hierve, los compuestos que dan sabor y olor al mismo se evaporan. Es por ello que no debemos dejar hervir demasiado tiempo. La concentración ideal de estos componentes que se generan está entre 1.2 y 1.5 por ciento.

El tiempo

También podemos controlar el tiempo que el agua está en contacto con los granos molidos para permitir que los aceites, la cafeína y los ácidos se disuelven. Esto determinará la intensidad y el perfil de sabor de la taza de café. Si este tiempo es corto, la taza tendrá más cafeína, sabrá amargo y tendrá poco aroma. Si es demasiado tiempo, sabrá muy amargo debido a la cantidad de ácidos orgánicos. Aquí debemos practicar el ensayo y error hasta encontrar el punto ideal.

La proporción de café y agua

La relación entre café y agua es esencial para lograr la concentración deseada. Esta variable depende de cómo te guste el café, por lo que también será ensayo y error. Con poco café su sabor será muy débil. Pero si hay mucho café y poca agua, la taza será demasiado fuerte.

En conclusión, la preparación del café perfecto requiere atención meticulosa en varias variables. Experimentar con diferentes ajustes puede ayudar a encontrar la combinación ideal que maximice el sabor y la calidad de cada taza. Siguiendo estos consejos, disfrutarás de una taza de café que deleitará tus sentidos y potenciará sus beneficios para la salud.