NO ES TAN SIMPLE

Comer menos puede prolongar la vida, pero tiene trampa, según los científicos

Un análisis muestra que los posibles beneficios de estas intervenciones son más complejos de lo que se pensaba.

Consumir menos calorías puede llevar a vivir más años. La idea ha sido repetida con insistencia en los últimos tiempos, pero podría ser mucho más compleja de lo que se creía y, según los científicos, tiene trampa.

Un nuevo y enorme estudio publicado en Nature con animales realizado en Estados Unidos con casi 1.000 ratones sugiere que aunque la restricción calórica demostró alargar la vida en todos los roedores, los efectos sobre su salud no siempre fueron iguales.

A lo largo de los años, estudio tras estudio, se ha demostrado que todo tipo de animales, desde monos hasta moscas de la fruta, ratones y nematodos, viven más cuando se limita su suministro de combustible. Pero dadas las características éticas y los desafíos que rodean la investigación clínica, es difícil decir si comer menos también podría ampliar los límites de la esperanza de vida humana.

La mayoría de los estudios han demostrado que una reducción en el consumo de calorías puede desempeñar un papel importante en la prolongación de la vida. Ahora, para seguir investigando, los investigadores evaluaron los efectos de las restricciones calóricas graduales y el ayuno intermitente en 960 ratones hembra.

La reducción de calorías aumenta la longevidad | Sinc

Descubrieron así que la restricción dietética aumentaba la esperanza de vida de los ratones en general. Sin embargo, también se dieron cuenta que había otro factor que era muy importante para determinar si viviremos más o menos.

Según los autores, la genética desempeñó un papel mucho más importante a la hora de determinar qué ratones vivían hasta una edad avanzada. Los ratones que mantuvieron su peso a pesar de un manejo estresante tenían una gran probabilidad de vivir más tiempo, al igual que aquellos con una mayor proporción de glóbulos blancos que combaten las infecciones y una menor variación en el tamaño de los glóbulos rojos.

En definitiva, aunque nuestros genes tienen la última palabra en nuestras posibilidades de llegar a los 99 años, mantener una buena salud a lo largo de nuestra vida es, sin duda, tan importante como acumular años, si no más.