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CURIOSIDAD
Se trata de una innovación prometedora para enfermedades autoinmunes.
La enfermedad celiaca, la artritis reumatoide, la diabetes tipo 1, el lupus o la esclerosis múltiple son patologías muy diferentes, pero tienen una cosa en común: están causadas por un fallo del sistema inmunitario del paciente, que ataca a su propio cuerpo por error al reconocer como elementos extraños células o moléculas propias de órganos y tejidos que están perfectamente sanos. Por eso, se conocen como dolencias autoinmunes y son muy difíciles de abordar. Sin embargo, una nueva estrategia parece abrirse paso.
Las vacunas forman parte de la medicina desde hace más de 200 años, y su funcionamiento es aparentemente sencillo. Se introduce una muestra de determinados virus en el cuerpo, para que aprenda a atacar a esa amenaza para el organismo. Sin embargo, se podía renovar, y eso ha sucedido. Para determinadas enfermedades, se empezarán a aplicar vacunas inversas.
La Escuela Pritzker de Ingeniería Molecular de la Universidad de Chicago (Estados Unidos) pretende afrontar el problema a través de lo que sus expertos denominan "vacuna inversa". Con las vacunas inversas, el concepto varía. Lo que hace es enseñar al cuerpo a tolerar determinadas moléculas, en lugar de atacarlas. Aunque parece poco intuitivo, es un tratamiento eficaz para las enfermedades autoinmunes. En estos casos, el cuerpo se ataca a sí mismo porque no reconoce los tejidos sanos. Es el caso de la psoriasis, el hipotiroidismo o la esclerosis múltiple.
Este método hace que el sistema inmune olvide que quiere atacar a ese órgano. La vacuna inversa redirige las moléculas que el cuerpo no reconoce al hígado, que aprende a tolerarlas. Hasta ahora, las enfermedades autoinmunes se trataban con medicamentos que rebajaban las defensas de todo el cuerpo. De esta manera, podría enfocarse solo a moléculas como la mielina, que es la que provoca la esclerosis múltiple.
La vacuna inversa sigue en ensayos clínicos, pero es una opción de tratamiento que tendrá menos efectos secundarios.