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SALUD
Hasta ahora pensábamos que la alimentación no estaba relacionada con la genética, sin embargo, se ha descubierto que nuestros genes pueden influir a la hora de alimentarnos.
Por lo general cada uno come aquellos alimentos que más le gustan, intentando combinarlos para llevar una dieta equilibrada. Nadie se había parado a pensar en que el tipo de alimentación que uno lleva podría estar relacionado con los genes, pero, esta pregunta ha surgido en el mundo de la biología y se ha realizado un estudio al respecto. El trabajo, ha sido desarrollado por la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern, dirigido por el doctor Yaseen y se ha centrado en la dieta vegetariana.
Los lípidos tienen un importante papel en el día a día del cuerpo humano. La regulación de la temperatura corporal y el transporte de nutrientes corresponden a dos de esas funciones. La mayoría de las personas injieren estas moléculas a través de la carne puesto que provienen de la grasa animal.
Sin embargo, los vegetarianos no tendrían que obtener estas moléculas puesto que no consumen grasa animal. El estudio anteriormente comentado se ha encargado de darle la vuelta a esa afirmación. Tras analizar a personas que siguen este tipo de dieta, se han encontrado tres genes (TMEM241, NPC1 y RMC1) que están presentes en la mayoría de estas personas. Dichos genes afectan a cómo el cuerpo digiere la grasa que ingiere.
Esta función el cuerpo la realiza de forma diferente si la grasa proviene de la carne o si proviene de los vegetales. Cuando el cuerpo humano se acostumbra a la dieta vegetariana, es capaz de metabolizar la grasa vegetal y convertirla en lípidos.
Esto no es aplicable a todos los vegetarianos, de ahí que muchos de los que empiezan con esta dieta tengan que dejarla al poco tiempo ya que el cuerpo pide lípidos provenientes de la grasa animal para seguir con un correcto funcionamiento.
Además de estos genes, se han descubierto otros 31 pero que no están agrupados en personas de un tipo de dieta específico, sino que cualquier persona puede tenerlos sin que ello cause ningún tipo de trastorno.