ESTUDIO CON USUARIOS DE TWITTER

Compartimos noticias falsas para pertenecer a un grupo

"Hay muchos factores en juego, incluido el deseo básico de encajar y no ser excluido", señalan los autores del estudio.

Fake newsJorge Franganillo para Unsplash

De acuerdo con cifras de Eurobarómetro, un 83 % de los españoles afirma que a menudo se encuentra con noticias falsas, un porcentaje superior a la media europea que es del 69 %. Pese a que algunas redes sociales toman medidas para evitar esto, la realidad es que el ritmo al que se producen y difunden, es superior a la acción de las estrategias "defensivas".

La proliferación de noticias falsas contribuye a aumentar la polarización política y la desconfianza en las instituciones democráticas, según el Instituto Brookings. Pese a ello hay que destacar que si bien las noticias falsas pueden parecer prolíficas, estudios científicos señalan que solo representan el 0,15 % del consumo diario y que el 1 % de las personas son responsables del 80 % del intercambio de noticias falsas.

Pero las noticias falsas no siempre proliferan por motivos oscuros o un llamado a la acción. La realidad es que muchas personas comparten noticias falsas aparentemente sin intención maliciosa o propósito ideológico. De acuerdo con un reciente estudiopublicado por la Asociación Estadounidense de Psicología uno de los motivos por lo que hacemos esto sería muy profano: lo hacemos porque no queremos ser excluidos de nuestros círculos sociales.

Grupo de amigos | naassomz1 para Pixabay

"La conformidad y la presión social son motivadores clave de la difusión de noticias falsas – explica Matthew Asher Lawson, líder del estudio, en un comunicado–. La ideología política por sí sola no explica la tendencia de las personas a compartir noticias falsas dentro de sus grupos sociales. Hay muchos factores en juego, incluido el deseo básico de encajar y no ser excluido. Si alguien en su grupo en línea está compartiendo noticias falsas, también se siente presionado para compartirlas, incluso si no sabe si son falsas o verdaderas".

El experimento realizado por el equipo de Asher Lawson analizó los tuits y la ideología política de más de 50.000 usuarios de Twitter en los EE. UU., incluidos tweets que compartían noticias falsas o hiperpartidistas entre agosto y diciembre de 2020. Se midió el número de tweets entre usuarios en los mismos círculos sociales.

Los resultados mostraron que si uno de ellos compartía una noticia falsa y el otro no compartía la misma historia, a lo largo del tiempo la interacción entre ambos se diluía. Y esto sin importar la tendencia política de los miembros del grupo.

En un segundo experimento, los autores del estudio publicado en 'Journal of Experimental Psychology', analizaron a 10.000 usuarios de Twitter que habían compartido noticias falsas en la prueba anterior, junto con otro grupo que era representativo de los usuarios de Twitter en general. Quienes habían compartido noticias falsas tenían más probabilidades de excluir a otros usuarios que no compartían el mismo contenido, lo que sugiere que las presiones sociales pueden ser particularmente agudas en el ecosistema de noticias falsas.

En total el equipo de Asher Lawson realizó cinco experimentos distintos en el estudio, con cerca de 300.000 cuentas de Twitter analizadas con el objetivo de descubrir la causa detrás de este comportamiento. "Encontramos que los costes sociales eran más altos por no compartir noticias falsas en comparación con otro contenido. Sin embargo, puede ser necesario encontrar formas de aliviar la presión social para adaptarse a los espacios en línea para comenzar a ganar la guerra contra la desinformación", concluyen los autores.

El estudio, si bien cuenta con un amplio número de muestras, solo se llevó a cabo en una red social (Twitter) y con usuarios de Estados Unidos. Habría que ver si la polarización y las intenciones de los usuarios se repite en otros países para confirmar los hallazgos