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COVID-19
Un estudio ha demostrado que la comunicación digital, en vez de reducir la sensación de aislamiento, fomenta la soledad y la depresión entre las personas mayores
La Universidad de Lancaster (Reino Unido) junto con la Universidad de Columbia Británica (Canadá) han llevado a cabo una investigación sobre la relación entre el contacto virtual y la salud mental en personas mayores de 60 años en el Reino Unido y Estados Unidos.
La comunicación digital sobre la que los participantes fueron encuestados constaba de llamadas telefónicas, mensajes de texto – ya sean por WhatsApp o cualquier otra plataforma o red social – y videollamadas.
Curiosamente, el objetivo principal de la investigación era demostrar una preferencia por la comunicación virtual frente a la ausencia de ella. Sin embargo, la tesis del estudio – publicado en Frontiers inSociology – fue rechazada.
Las interacciones virtuales no son suficientes
A estas alturas, existen numerosas publicaciones en donde se han recogido testimonios y pruebas que corroboran que la situación pandémica, ya sea durante o tras el confinamiento, ha agravado y originado la situación de fragilidad mental en la que se encuentran muchas personas. Ya en marzo de este año, distintos profesionales de la salud mental alertaban sobre una “nueva pandemia psicológica”.
El estudio constató un notable aumento de la soledad en Estados Unidos y un deterioro generalizado del bienestar mental en el Reino Unido. Además, se demostró que la interacción virtual no paliaba los efectos negativos de la soledad por sí sola como única alternativa a la comunicación cara a cara.
De hecho, se comprobó que las personas mayores de 60 años preferían el aislamiento social a solamente poder comunicarse a través de una pantalla. A pesar de la rápida digitalización de ambos países anglosajones, los medios virtuales no consiguen sustituir al contacto en persona, concretamente cuando se trata de apoyar la salud mental en personas mayores.
En definitiva, este colectivo, especialmente afectado por la pandemia, ha encontrado en la comunicación virtual más obstáculos que ventajas. La accesibilidad a Internet, la asequibilidad de los dispositivos, los conocimientos tecnológicos y el estrés digital son factores que intensifican la brecha digital entre mayores y jóvenes.
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