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PROBADO EN RATONES
Este nuevo fármaco, desarrollado por la Universidad Johns Hopkins, consiguió la supervivencia del 100 % de los animales en los que se probó.
El glioblastoma es un tumor cerebral que está entre los más letales y difíciles de tratar. Ahora un equipo científico ha probado con éxito en ratones un gel que combina un fármaco contra el cáncer y un anticuerpo capaz de alcanzar zonas que la cirugía y otros medicamentos pueden pasar por alto.
La descripción de estrategia, que consiguió una supervivencia del cien por cien de los animales, se publica en la revista 'PNAS'.
Según los científicos de la Universidad Johns Hopkins, "el nuevo gel ofrece esperanzas para el futuro tratamiento del glioblastoma porque integra un fármaco anticanceroso y anticuerpos, una combinación de terapias que es difícil de administrar simultáneamente debido a la composición molecular de los ingredientes".
No obstante, esta investigación está realizada en ratones. Henry Brem, neurocirujano jefe del Hospital Johns Hopkins y autor del trabajo, subrayó el reto que supone traducir los resultados del gel en el laboratorio en terapias con repercusiones clínicas sustanciales.
La solución de gel desarrollada por el equipo de Honggang Cui consiste en filamentos de tamaño nanométrico fabricados con paclitaxel, un fármaco aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para el cáncer de mama, pulmón y otros tipos de tumores.
Los filamentos sirven de vehículo para administrar un anticuerpo denominado aCD47. Al cubrir uniformemente la cavidad tumoral, el gel libera la medicación de forma constante durante varias semanas, explica un comunicado de la universidad.
El gel es capaz de rellenar los diminutos surcos que quedan tras la extirpación quirúrgica de un tumor cerebral. "Puede llegar a zonas que la cirugía podría pasar por alto y que los fármacos actuales no alcanzan para eliminar las células cancerosas persistentes y suprimir el crecimiento tumoral", resumen los autores.
El preparado también parece desencadenar una respuesta inmunitaria que el organismo del ratón tiene dificultades para activar por sí solo en la lucha contra el glioblastoma.
Cuando los investigadores volvieron a inducir un nuevo tumor de glioblastoma a los ratones supervivientes, sus sistemas inmunitarios vencieron por sí solos al cáncer sin medicación adicional.
Según los investigadores, parece que el gel no solo detiene el cáncer, sino que ayuda a reconfigurar el sistema inmunitario para desalentar la reaparición mediante la memoria inmunológica.
Aun así, la cirugía es esencial para este enfoque, señalaron los investigadores; la aplicación del gel directamente en el cerebro sin extirpación quirúrgica del tumor se tradujo en una tasa de supervivencia del 50 %.
Antecedentes
Una de las terapias de referencia para el glioblastoma, desarrollada por el Johns Hopkins y el Instituto Tecnológico de Massachusetts en la década de 1990, se conoce comercialmente como Gliadel. Se trata de un polímero biodegradable que también suministra medicación al cerebro tras la extirpación quirúrgica del tumor.
Gliadel mostró tasas de supervivencia significativas en experimentos de laboratorio, pero los resultados obtenidos con el nuevo gel son de lo más impresionantes, según Betty Tyler, también autora y profesora en la universidad del mismo nombre. "No solemos ver una supervivencia del 100 % en modelos de ratón de esta enfermedad", dijo.
Críticas al estudio
Jordi Bruna Escuer, del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge, señala que el modelo animal en que se basa el estudio no es nada representativo de lo que es un glioblastoma humano. "Han trabajado con una línea celular murina a la que químicamente se le indujo una serie de alteraciones que mimetizan morfológicamente al glioblastoma, pero que a nivel molecular no tienen nada que ver con el glioblastoma humano".
Para este científico, que no rubrica el artículo, "afirmar que la reacción inmunitaria del ratón ante este glioma experimental sea la misma que presenta el paciente es un salto de fe más que considerable". "Queda un trecho importante para que la terapia que proponen pueda ser testada en pacientes para valorar primero seguridad y después algún tipo de eficacia", indica a Science Media Centre España.