Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
NO ES EL ÚNICO SATÉLITE
La Tierra tiene numerosas minilunas y el número no es fijo.
Estamos acostumbrados a nuestro cielo nocturno con la única luna de la Tierra. Si estuviéramos en Júpiter, que cuenta con 95 satélites, la cosa sería muy distinta. Sin embargo, por mucho que demos por hecho que el único satélite natural de la Tierra es la luna, no es técnicamente cierto.
En verdad no es un error. Es cierto que en la Tierra hay solo una Luna, pero minilunas tenemos unas cuantas. Estos son pequeños cuerpos cósmicos, bastante cercanos a la Tierra, cuya órbita está influenciada tanto por ella como por otros componentes del sistema solar.
Lo mejor de estas minilunas es que se encuentran bastante cerca de la Tierra. Por eso, enviar una misión hasta allí sería mucho más sencillo que lanzarla hasta esos asteroides que ya están estudiando algunas sondas.
Aunque el origen de las minilunas no está del todo claro, se cree que suelen ser asteroides que se desvían del famoso cinturón entre Marte y Júpiter. No se ven a simple vista, por eso la mayoría de la gente no las conoce.
En 2020 se descubrió un asteroide de seis metros de diámetro que llevaba tres años orbitando la Tierra. Estos asteroides conservan materiales del origen del sistema solar, mucho más antiguos que nuestra Luna, pero están mucho más cerca que el cinturón de asteroides. Si se consiguiera enviar una misión espacial a uno de ellos, se descubriría información de hace casi 5.000 millones de años.
A efectos prácticos, seguimos teniendo solo una Luna. No solo porque su tamaño es muy superior y está más cerca, sino porque a diferencia de estos asteroides, no hay previsión de que vaya a escapar a la gravedad de la Tierra.
En definitiva, las minilunas pueden ser muy útiles para estudiar el origen del sistema solar sin viajar hasta lejanos asteroides.
Según explicó en una entrevista para Live Science el astrónomo del MIT Richard Binzel, las minilunas, desde su origen, han sido rebotadas y arrastradas por los distintos componentes del sistema solar. Eso podría darnos aún más información sobre cómo ha ido evolucionando nuestro sistema planetario.