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CURIOSIDAD
Los procesos de creación de energía hacen que se pase calor independientemente de la temperatura del ambiente, aunque esta sea menor que la que tiene el cuerpo internamente.
Con la llegada de los meses de julio y agosto, sobre todo, las temperaturas empiezan a subir a cifras entradas en la treintena, o incluso en ocasiones llegando hasta a los cuarenta en función de la zona. Estas situaciones son difíciles de sobrellevar, pero es posible que alguna vez nos hayamos preguntado cómo es posible tener calor en estos casos si nuestro cuerpo está a 36 grados normalmente.
Lo lógico es pensar que, si la temperatura del ambiente está alrededor de los 36 grados, deberíamos estar en equilibrio y no pasa tanto calor, pero como es evidente, esto no es así. El motivo reside en las células, ya que independientemente de la temperatura exterior, siguen trabajando del mismo modo. Su forma de trabajar implica expulsar el exceso de calor, y esta energía se termina liberando como el sudor.
El hecho de que se tenga tanto calor se debe a que, cuanto más cerca estén la temperatura corporal y la temperatura del ambiente, más le va a costar a las células deshacerse del calor. Es por esto que, en estos casos, se desprende menos calor, quedándose este en el cuerpo almacenado. La temperatura límite a partir de la cual empieza a costar deshacerse el calor son los 30 grados. Mientras esta no pase de los 30 y no baje de los 15, todo funcionará con normalidad.
Otro factor que también influye en este proceso es la humedad. El sudor tarda más en evaporarse en un ambiente con mayor índice de humedad, por lo que el calor permanece más tiempo en el cuerpo.