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Hasta ahora, se creía que el parpadeo consistía en un instrumento para lubricar, proteger y limpiar los ojos.
Los seres humanos, en promedio, pasan entre un 3 y un 8% de su tiempo despierto con los párpados cerrados. Y es que los parpadeos ocurren con más frecuencia de lo necesario solo para mantener nuestros ojos bien lubricados.
Sin embargo, más allá de eso, científicos de la Universidad de Rochester investigaron el curioso caso del parpadeo y descubrieron que no es solo un mecanismo para mantener los ojos húmedos. Y es que los parpadeos también juegan un papel importante al permitir que nuestro cerebro procese información visual.
"Al modular la entrada visual a la retina, los parpadeos reformatean efectivamente la información visual, produciendo señales de luminancia que difieren drásticamente de las que normalmente experimentamos cuando miramos un punto de la escena", explican.
En su investigación, descubrieron que cuando las personas parpadean, notan mejor patrones grandes que cambian gradualmente. Es decir, el parpadeo proporciona información al cerebro sobre el panorama general de una escena visual.