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MEDIANTE RAYOS X
El gigantesco está a 13.200 millones de años luz y se encuentra en una etapa de crecimiento que nunca en la historia se había detectado.
Un grupo de científicos de la NASA han descubierto un agujero negro supermasivo localizado en la galaxia UHZ-1. Este se encuentra a 13.200 millones de años luz de la Tierra. Esto quiere decir que, si las teorías con las que se trabaja actualmente son ciertas, empezó su crecimiento solo 470 millones de años después del Big Bang. Es decir, cuando el universo solo tenía el 3% de su edad actual. Se trata por tanto del agujero negro más antiguo conocido.
Y no solo es destacable por su antigüedad, también es gigantesco: su masa es similar a la de su galaxia anfitriona. Es 10 veces más grande que el agujero negro de nuestra Vía Láctea. Se estima que es entre 10 y 100 millones de veces más masivo que nuestro Sol, según el brillo y la energía captada por los rayos X.
Para encontrarlo, los científicos requirieron el poder combinado de dos observatorios y el fenómeno de lente gravitacional. Según Akos Bogdan, principal autor de la investigación publicada en la revista Nature Astronomy, "hubiese sido imposible encontrar una galaxia tan lejana sin el James Webb. Sin el Chandra tampoco hubiésemos podido hallar las señales que demuestran su existencia".
Los telescopios utilizaron la luz de un cúmulo de galaxias mucho más cercano, a sólo 3.200 millones de años luz de la Tierra, para ampliar UHZ-1 y su agujero negro mucho más lejos en el fondo. Este aumento conocido como lente gravitacional es donde el campo gravitacional de un objeto masivo magnifica y distorsiona la luz proveniente de otro objeto detrás de él.
Los investigadores creen que se trata de un hallazgo muy importante de cara a comprender cómo este tipo de agujeros negros son capaces de alcanzar masas colosales. Especialmente, en los primeros millones de años posteriores al Big Bang.