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PREVENIR EL DAÑO EN VEZ DE TRATARLO
Un equipo de científicos describe la muerte celular que se da en las vías respiratorias y que explica los síntomas de la enfermedad.
Durante un ataque de asma, la tensión de los músculos que rodean los bronquios provoca daños en las vías respiratorias al comprimir y destruir las células epiteliales, lo que favorece la inflamación y la producción de mucosidad, señala un estudio que publica Science.
La investigación, con la participación de Elena Ortiz, de la Universidad de Valencia, sugiere que prevenir el daño mecánico causado por una crisis asmática, en lugar de tratar solo sus síntomas posteriores, podría allanar el camino a terapias que detuvieran todo el ciclo inflamatorio de esta enfermedad.
El asma, que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, se considera principalmente una enfermedad inflamatoria, aunque una característica diagnóstica es la broncoconstricción mecánica.
El equipo, encabezado por la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan (Estados Unidos), investigó las causas subyacentes de la patobiología del asma, usando modelos de ratón y muestras de tejido pulmonar humano.
Así descubrió que la broncoconstricción provoca un hacinamiento patológico de células en el epitelio de las vías respiratorias, lo que desencadena un proceso que denominaron ‘extrusión celular’, el cual da lugar a daños en el tejido de las vías respiratorias, indica la revista.
Este mecanismo provoca inflamación y secreción de moco, tanto en ratones como en humanos, un daño que provoca una ruptura de la función de barrera epitelial y podría proporcionar una vía para nuevos ataques broncoconstrictores e inflamación.
Los autores demostraron que el tratamiento con albuterol, un broncodilatador de acción corta, no previene el daño de los epitelios ni la inflamación tras una crisis de asma,
Sin embargo, los inhibidores que detenían la vía de extrusión celular contrarrestaban el daño mecánico de las vías respiratorias y reducían sustancialmente la respuesta inflamatoria.
"Estos hallazgos no solo establecen que la broncoconstricción es un estímulo proinflamatorio, sino que también apuntan hacia el potencial de nuevas vías de investigación que busquen inhibir un círculo vicioso 'mecanoinflamatorio'", según una artículo de análisis que acompaña al estudio.