EN ALEMANIA

Descubren una piedra preciosa formada por la lava de un volcán

Un estudio de la Universidad de Heidelberg ha descubierto que existe una piedra preciosa que se forma por la lava de un volcán. Te contamos de qué gema se trata y todo lo que debes saber sobre este fascinante hallazgo.

ZafirosUnsplash

Los volcanes se trata de un fenómeno natural que, a pesar de las numerosas investigaciones que se han hecho a lo largo de los años, aún continúan siendo grandes desconocidos. Sin embargo, poco a poco se realizan impresionantes descubrimientos sobre ellos, como el que te contamos hace unos días del monte submarino en Canarias formado por tres volcanes. Hoy te hablamos de otro hallazgo realmente espectacular.

Un estudio de la Universidad de Heidelberg ha dado a conocer un aspecto de los volcanes que no se sabía hasta ahora: estos son capaces de fabricar zafiros. En este artículo, publicado en la revista Contributions to Mineralogy and Petrology, se explica que se encontraron fragmentos de zafiro en la región volcánica de Eifel, al oeste de Alemania.

Esta zona volcánica es bastante particular porque el manto de la Tierra ha estado interactuando con la corteza exterior durante casi 700.000 años, originando diferentes especímenes geológicos únicos. Además, tiene una característica que favorece la creación de estos zafiros: un bajo contenido en dióxido de silicio.

En el artículo se ha explicado que esta creación de zafiros se produce mediante el enfriamiento del magma. Este puede originar gemas y minerales preciosos como circón, amatista, ópalos, obsidiana y peridotos. El tipo de gema que se crea depende de la cantidad de elementos en el magma, como el hierro o el silicio, y de lo rápido que se enfríe la roca fundida.

Tras las primeras investigaciones, se llevaron a cabo diversas comprobaciones en las que se examinaron 223 zafiros de la región de Eifel. Finalmente, se estableció que la mayoría de los zafiros procedían de depósitos fluviales en lugar de canteras que albergaban depósitos volcánicos.

Además, los investigadores también trataron de averiguar cómo se habían creado estas piedras preciosas. Se consiguió confirmar que sucedió a unos 5 o 7 kilómetros por debajo de la corteza terrestre.