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PRUEBAS ARQUEOLÓGICAS
Un nuevo estudio sitúa el origen de los megalitos sarsen, las grandes piedras de Stonehenge, en el bosque West Woods, a unos 25km del lugar en el que se encuentra esta misteriosa construcción. La investigación ha sido realizada por el arqueólogo y geógrafo David Nash, el geólogo Jake Ciborowski y un equipo de la Universidad de Brighton.
La clave del hallazgo: una antigua reliquia
En 1958, Robert Phillips participaba en el equipo contratado para levantar tres grandes bloques de piedra que se habían derrumbado en 1797 en Stonehenge. Sin embargo, uno de ellos, el sarsen Stone 58, estaba roto, por lo que lo perforaron e introdujeron tres vigas metálicas para enderezarlo. Philips se quedó con uno de los fragmentos extraídos como recuerdo: un cilindro de 91 centímetros de largo.
Ahora está prohibida cualquier alteración de las rocas que conforman el monumento, situado en el condado de Wiltshire, Inglaterra, por lo que el análisis de su composición es muy limitado. No obstante, en 2018, cerca de cumplir los 90 años de edad, Robert Phillips cedió el fragmento, que había guardado como una valiosa reliquia, para su estudio. El cilindro rocoso sacaba a la luz el núcleo de estas grandes piedras, nunca antes estudiado.
Nash y Ciborowski, entre 2018 y 2020, con un espectómetro de rayos X portátil, pudieron conocer la composición de 52 de los 58 megalitos de Stonehenge, incluido el Stone 58. Su conclusión fue que el 99% de la estructura era de sílice, pero que contenía trazas de otros materiales, como aluminio, hierro, potasio y magnesio. Parecía que todos los bloques tenían un mismo origen. El fragmento perdido confirmó este hecho y, gracias a un análisis químico, pudo concretarse el lugar de procedencia exacto de las rocas: el bosque de West Woods, al sureste de Marlborough Downs.
Los megalitos sarsen: los grandes olvidados
El círculo de Stonehenge está compuesto por grandes rocas y una serie de piedras azules, algo más pequeñas, que se sitúan en el centro. Estas piedras, que proceden de diferentes puntos de Gales, han acaparado la mayor parte de los trabajos sobre el monumento en los últimos años. Los megalitos sarsen quedaron en un segundo plano, aunque se especulaba que, por su gran tamaño, no podían proceder de puntos muy lejanos. Ahora, este estudio de la Universidad de Brighton, publicado por la revista Science Advance, ha resuelto el origen de los grandes bloques.
Sin embargo, aún deben analizarse otros emplazamientos para evitar cualquier tipo de error. Richard Madgwick, arqueólogo de la Universidad de Cardiff, declaró para la revista Science que se necesitarán llevar a cabo estudios de más de 20 sitios diferentes antes de poder afirmar que se han descartado todos los demás candidatos.