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PARA GANAR O PERDER PESO
Un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Loma Linda en California (EE. UU.) ha concluido que el tiempo y la frecuencia de las comidas desempeñan un papel en la predicción de pérdida o aumento de peso.
Usando la información obtenida de más de 50.000 participantes en el Estudio de salud AHS-2, los investigadores descubrieron cuatro factores asociados con una disminución en el índice de masa corporal: tomar una o dos comidas al día; mantener un ayuno nocturno de hasta 18 horas; tomar desayuno en vez de saltárselo; y hacer que el desayuno o el almuerzo sea la comida más copiosa del día. Desayunar bien produjo una disminución más significativa en el IMC que el almuerzo, eso sí.
Los dos factores asociados con un mayor IMC (índice de masa corporal) fueron asociados a comer más de tres comidas al día - los bocadillos se contaban como comidas adicionales - y hacer de la cena la comida más voluminosa del día.
Como una práctica estrategia de control de peso, Hana Kahleova, directora de investigación clínica para el Comité de Médicos de Medicina Responsable en Washington DC, recomienda hacer un buen desayuno y almuerzo y saltarse la cena, evitando meriendas, teniendo en mente hacer del desayuno la comida más importante del día y ayunando durante la noche durante un máximo de 18 horas.
Kahleova dice que los hallazgos confirman una antigua máxima nutricional: "Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo".
El estudio fue co-escrito por el investigador Gary Fraser y director del programa AHS-2, y publicado en la revista The Journal of Nutrition.
Fraser dijo que independientemente del patrón de comidas, hubo, en promedio entre los participantes, un incremento en el aumento de peso año tras año hasta que los participantes alcanzaron la edad de 60 años. Tras haber cumplido 60 años, la mayoría de los participantes experimentaron una pérdida de peso cada año.
"Antes de los 60 años de edad, aquellos que ingerían calorías más temprano tenían menos ganancia de peso", comentó Fraser, agregando que después de los 60, el mismo comportamiento tendía a producir una mayor tasa de pérdida de peso que la media. "Durante décadas, el efecto total sería muy importante".
El equipo empleó una técnica llamada análisis de regresión lineal y ajustó sus hallazgos para excluir factores demográficos y de estilo de vida que pudieran sesgar los resultados.