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PARA ESTUDIAR EL DESARROLLO CELULAR HUMANO
Un estudio publicado recientemente en la revista 'Nature' publicaba los nuevos hallazgos de unos investigadores tras crear en un laboratorio una especie de híbrido con células humanas y un embrión de pollo.
Los investigadores trataban de descubrir cómo funcionan las células que 'organizan' la creación de un embrión en los seres humanos. Como el estudio con embriones humanos tienen unas fuertes restricciones, estos científicos usaron un embrión de pollo en sus primeras etapas y le añadieron células humanas.
Por primera vez se pudo ver cómo estas células humanas 'organizadoras' dirigen la formación del embrión desde la parte superior a la inferior. Con esta nueva técnica se podría seguir investigando en los laboratorios sin la necesidad de usar embriones humanos.
Estas células 'organizadoras' se observaron por primera vez en lagartijas en 1924 e investigaciones después han observado que se dan en muchas especies. Pero hasta ahora, la ciencia, nunca había observado cómo estas células guían el desarrollo de un ser humano. La ética y las leyes para experimentar con embriones de más de 14 días lo impiden en la gran mayoría de países, justo cuando estas células comienzan a funcionar.
"Nadie sabe lo que ocurre cuando las primeras células se adhieren al útero" comentaba Ali Brivanlou biólogo de desarrollo de la Universidad de Rockefeller en Nueva York, principal investigador de esta nueva técnica.
En este estudio, se cultivó células madre embrionarias y después las trasplantaron en un embrión de pollo de 12 horas (el tiempo similar a un embrión humano de 14 días).
Los investigadores descubrieron que a medida que crecían estos embriones modificados las células humanas dirigían a las células de pollo para diferenciarse y crear un segundo sistema nervioso de pollo. Algo parecido a lo que se descubrió con las salamandras en 1924.
No obstante, estos embriones no vivieron lo suficiente para desarrollarse más.
Aunque muchos de sus colegas aplauden esta nueva técnica ya que puede discernir muchas incógnitas sobre el desarrollo en los embriones y el poder investigar sin la necesidad de un embrión humano, Brivanlou se muestra tajante, ya que asegura que: "No hay nada que pueda sustituir a un embrión humano real".