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UN ANIMAL ACORAZADO DORMÍA BAJO TERUEL
“Como bromeo con la empresa, ellos están trabajando para nosotros”, explica el paleontólogo Luis Alcalá delante de los restos más completos de un dinosaurio acorazado hallados en Europa. Y, en realidad, no es del todo una broma. Su equipo de la Fundación Dinópolis
El animal, herbívoro, era bajo, de apenas un metro de altura, y alargado, con cinco metros de longitud. Pesaría unas dos toneladas. “Vivía en una zona pantanosa, cenagosa, muy próxima al mar, surcada de cocodrilos y tortugas”, añade Alcalá. Los primeros restos aparecieron en 2010, cuando la Fundación Dinópolis firmó un acuerdo de colaboración con la empresa minera, el Grupo Samca. “El nombre de la especie va dedicado a la minería del carbón, dedicado a la empresa Samca”, ha declarado hoy el científico en una rueda de prensa en Teruel. El dinosaurio, dedicado a una compañía familiar aragonesa con 3.500 empleados y una facturación de 850 millones de euros anuales, ha sido bautizadoEuropelta carbonensis.
El más completo de Europa
El hallazgo, que hoy se publica en la revista científica PLoS ONE, es “el anquilosauro más completo hallado en Europa”. Los anquilosauros eran dinosaurios acorazados, con el cuerpo cubierto de placas dérmicas y patas robustas. “Se puede hacer el símil con un armadillo actual. Eran auténticos vehículos blindados”, señala Luis Mampel, también paleontólogo de Dinópolis y coautor del estudio.
“Es un dinosaurio rarísimo en el registro español”, asegura Alcalá, cuyo equipo ha colaborado con científicos de Utah (EEUU), donde también se han hallado anquilosauros de esta época. El estudio comparativo de los restos de Ariño y de Utah permitirá desentrañar la diferente evolución de este grupo de dinosaurios hace más de 100 millones de años. “El Atlántico era mucho más corto y había islotes. Pudo haber puentes intercontinentales”, señala el paleontólogo Eduardo Espílez, también coautor del estudio.
Para Alcalá, director gerente de la Fundación Dinópolis, si hubo tantos herbívoros en aquella zona pantanosa, hubo también depredadores, mucho más escasos y difíciles de encontrar. “Allí tenía que haber un carnívoro gigantesco. El nuevo reto es encontrar ese gran carnívoro que pudo ser el depredador de estos dinosaurios”, confiesa.