Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
UN ESTUDIO DICE QUE PODRÍAN SER ‘LA NUEVA HUELLA DACTILAR’
Un simple pelo en el lugar de un crimen servía a los expertos forenses para lograr identificar a un presunto culpable. Sin embargo, esta prueba de ADN no siempre estaba exenta de fallos.
El pelo perfecto, que delata a un criminal, siempre debe tener algo de vida; es decir, mantenerse en proceso de crecimiento o conservar parte de la raíz capilar. Y esto no siempre sucede así. Los pelos encontrados por la policía científica, normalmente, están o muertos o degradados, lo que dificulta las investigaciones.
No obstante, parece que este factor de incertidumbre podría tener los días contados. Un estudio de la universidad australiana de Murdoch, asegura que la nueva huella dactilar del siglo XXI podría ser la comunidad de microbios que tenemos en nuestro vello del pubis.
El equipo de científicos, liderados por Silvana Tridico, trató de demostrar si estos microbios del cabello púbico podrían ser una nueva forma de identificación personal.
No en vano, el estudio tomó muestras de siete voluntarios –tres hombres y cuatro mujeres-, en las que se analizaron tanto su cuero cabelludo como el vello púbico en tres periodos diferentes.
El cabello de la cabeza tenía unas 50 cepas microbianas, mientras que en los pelos del pubis (masculinos o femeninos) esta cantidad se elevaba a 70 tipos de microbios diferentes.
Así, los investigadores sostienen que la comunidad microbiana de cada sujeto era tan personalizado que se podría identificar a cada una de las personas que participaron en el estudio, incluso cuando dos de ellas habían mantenido relaciones sexuales.
Los resultados indican que las personas intercambian microbios cuando practican sexo, lo que sugiere a los científicos que el microbioma podría ser útil en el análisis forense en casos de agresión sexual, según publicó la revista Investigative Genetics.
Los científicos australianos son conscientes de que estas conclusiones son preliminares y que el tamaño de la muestra fue pequeña. Sin embargo, afirman que es un gran paso para que los microbios se conviertan en la prueba perfecta contra los crímenes sexuales.