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TODAVÍA VIVE
Las musarañas elefantes se creían extintas desde la década de los 70, ya que desde 1968 no se había vuelto a ver una en su hábitat natural, Somalia. De hecho, el grupo Global Wildlife Conservation lo incluyó en su lista de las “25 especies perdidas más buscadas”. Sin embargo, un equipo de investigadores de la Universidad de Duke ha vuelto a dar con este peculiar animal.
La musaraña elefante puede parecernos un ratón con un hocico algo más alargado de lo habitual. No obstante, no son siquiera parientes lejanos y comparte más características genéticas con animales como el oso hormiguero, el manatí o el elefante (de ahí su característico nombre). Posee un tamaño muy pequeño pero unas fuertes patas que le permiten moverse a una velocidad de unos 30 kilómetros por hora. Hasta hace poco, solo podían verse ejemplares de este peculiar animal en algunos museos de historia natural del mundo, que conservaban especímenes disecados. Ahora se ha descubierto que la musaraña elefante sigue viva y que no solo está en Somalia, lugar del que se la creía una especie autóctona.
El pasado año 2019, el equipo de la Universidad de Duke que ha llevado a cabo el descubrimiento organizó un viaje a Djibouti, en el Cuerno de África, en busca de diferentes tipos de sengis (popularmente conocidos como musarañas). De este modo, como explican en el estudio publicado en la revista Peerj, colocaron 1.259 trampas en 12 localidades diferentes y las cebaron con una mezcla de copos de avena, mantequilla de cacahuete sin azúcar y levadura para untar.
Por otro lado, se eligieron cuatro áreas de trabajo en función de avistamientos de estos animales. Diariamente se determinaron localidades específicas de captura mediante un análisis del terreno, teniendo en cuenta los potenciales refugios y las pilas de estiércol que se iban encontrando. Para todo ello utilizaron la información que les proporcionaron ciudadanos locales sobre pequeños mamíferos en la zona.
En el estudio participó además Galen Rathburn, experto mundial en musarañas elefantes, a las que llevaba estudiando décadas. Fue él quien identificó a esta especie que se creía extinta nada más abrir la primera trampa. Un gran logro antes de morir de cáncer poco después de la investigación ya que, aunque había invertido muchos años de su vida estudiando a este ser, nunca había visto a uno vivo.
El equipo, formado por Steven Heritage, Houssein Rayaleh, Djama G. Awaleh y el anteriormente mencionado Galen Rathburn, logró capturar 12 ejemplares de musaraña elefante. De este modo, se ha descubierto que el animal no solo no estaba extinto, sino que extendía su hábitat a otras regiones más allá de Somalia: “Estos nuevos registros confirman al Sengi somalí como un taxón existente y revelan una distribución geográfica más amplia que la documentada anteriormente”, puede leerse en las conclusiones del estudio. El equipo piensa que el pequeño sengi puede estar instalado también en Djibouti y Etiopía.