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BASADO EN LA INFORMACIÓN DE 337.000 ESTUDIANTES DE SECUNDARIA
Un nuevo estudio revela que el orden en el que nacen varios hermanos no influye de manera determinante en la personalidad ni en la capacidad cognitiva. Para llegar a estos resultados, los investigadores estudiaron la información de 337.000 estudiantes de Secundaria pertenecientes al Proyecto Talento, en el que se tuvo en cuenta la situación económica de la familia, el número de hijos y parientes de la misma edad en el momento del proyecto.
Tras el análisis, llevado a cabo en la Universidad de Illinois (Estados Unidos), los investigadores descubrieron que los hijos que nacían en primer lugar tenían un punto más de cociente intelectual que sus hermanos menores, y eran en un 0,02% más extrovertidos, amigables y concienzudos, así como menos ansiosos, algo que el profesor de Psicología de Universidad de Illinois, Brent Roberts, califica de “cifras insignificantes”. "No es posible verlo a simple vista. No se puede sentar a dos personas juntas y ver la diferencia. Nadie puede notarlo", añade.
Para entenderlo pone un claro ejemplo: "en algunos casos, como en el de una droga que salva 10 de cada 10.000 vidas, los pequeños efectos pueden ser profundos, pero en términos de rasgos de personalidad y su escala, una correlación de 0,02 no produce nada significativo”.
Por su parte, la investigadora postdoctoral Rodica Damian explica que hay que tener una serie de factores en cuenta que podrían causar confusiones. Por ejemplo, las familias más ricas tienden a tener menos hijos que otras, por lo que habría mayor proporción con acceso a mejores recursos que pudieran influir en su cociente intelectual o en la personalidad.
El equipo también evaluó un subconjunto concreto de niños, aquellos que tienen dos hermanos y que viven con los dos padres. Esto permitió a los investigadores buscar diferencias específicas entre los primogénitos y los hermanos menores, o entre los hijos nacidos en segundo y tercer lugar. Pero la magnitud de las diferencias fue, de nuevo, "minúscula", señala Roberts. "El mensaje de este estudio es que el orden de nacimiento no debería influenciar la crianza de los hijos, ya que no está significativamente relacionado con la personalidad del niño o con su cociente intelectual", concluye.