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UN BRUTAL ESTIRÓN QUE LE POSTRÓ EN UNA CAMA
El austriaco Adam Rainer (1899-1950) cuando murió con 51 años medía 2,34 metros de altura, una estatura a la que había llegado a causa del gigantismo que padecía desde que se desarrolló, con 21 años.
Pero lo que más descoloca es que, cuando fue diagnosticado de gigantismo, superaba solamente en 18 centímetros el metro de altura. Es decir, padecía de enanismo y dio un “estirón” de un metro en solamente once años, creciendo 1,16 metros en su adultez hasta su muerte.
Adam Rainer nació en Graz en 1899 de unos padres de estatura media. Cuando estalló la Gran Guerra tenía 15 años e intentó alistarse al ejército, pero fue rechazado por su pequeña estatura, a pesar de su insistencia un año después.
Cuando se consideró que acabó su etapa de crecimiento, a los 19 años, los médicos le certificaron oficialmente como persona enana, sin barruntar en este momento que se podrían encontrar ante uno de los casos clínicos más extraños de la historia. Eso sí, el tamaño anormalmente grandes de sus manos y sus pies respecto a su pequeña altura generaba muchas sospechas.
La primera vez que trató de alistarse al ejército usaba un pie 43 y, tres años después, con 18 años, ya tenía un 53, cuatro tallas menos que Shaquille O´Neal. Pero seguía siendo un enano, aunque todo esto cambió con 21 años, cuando empezó a crecer de manera descontrolada. A la par que sucedía esto comenzó a sufrir una curvatura cada vez mayor en la espina dorsal, lo que le fue postrando a lo largo de los años en una cama a causa los terribles dolores que padecía.
¿Qué le sucedió a Rainer? Por la falta de medios y documentación sobre su caso solamente podemos ofrecer varias hipótesis. La más habitual en los casos de gigantismo es que se desarrolle durante la niñez un tumor en la glándula en la cual se genera la hormona del crecimiento (hipófisis), pero el caso del austriaco es extremadamente raro porque venía de parecer enanismo.
Dos doctores que le examinaron entre 1930 y 1931 concluyeron que sufría también acromegalia, una enfermedad provocada por un tumor en la glándula pituitaria que hizo que segregara hormonas del crecimiento en grandes cantidades, lo que le produjo el sobrecrecimiento de manos y pies, además de tener una mandíbula prominente y unos labios muy gruesos.
Fue operado y se consiguió que el ritmo del crecimiento remitiera, pero esta cirugía llegó demasiado tarde, ya que había estado aumentando su altura durante una década. Con el tiempo perdió la visión en un ojo y la audición en un oído, al tiempo que la deformación de su columna se convirtió en algo irreversible, lo que le confinó definitivamente en su enorme cama.
Actualmente este tipo de tumores son considerados benignos y en la gran mayoría de los casos se detectan a tiempo y se procede a su extirpación o se recurre a medicación si no se puede extraer por completo. Pero lo que no se explica todavía es la mutación que sufrió el austriaco y que le llevó a crecer un metro de altura en su edad adulta.
El pobre Rainer pasó buena parte de su vida sin poder valerse por si mismo y vivió en una residencia de mayores hasta que falleció con 51 años. Es también el único hombre a lo largo de la historia que ha pasado de ser enano a ser gigante y un ejemplo increíble de lo que puede llegar a ser capaz el cuerpo humano.