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AUNQUE AHORA NO APETEZCA MUCHO...
Nada te apetece más cuando hace calor que beberte un vaso de agua bien frío, o quizás una granizada de limón. Incluso una cerveza helada con abundante espuma. Sin embargo, a tu cuerpo le sentaría mucho mejor una taza de té caliente, aunque no te apetezca.
Como lo oyes. Resulta que llevarse al buche una bebida a 50ºC los termosensores del esófago y el estómago registran el aumento de temperatura, y reaccionamos como si todo el cuerpo estuviera así de caliente, produciendo ingentes cantidades de sudor. Con la ventaja de que esa sudoración extra contribuye a disipar el exceso de calor acumulado en tu cuerpo, ayudando a que la temperatura corporal descienda más grados.
Es lo que concluía un estudio de la Universidad de Ottawa. La clave está en la evaporación del sudor o perspiración: cuando el sudor abandona la piel convertido en vapor, el aire absorbe parte de la energía y el cuerpo se enfría. Por lo tanto, cuanto más sudas, más te refrescas. De ahí que tu cuerpo se refrigere más con una taza de té a 50ºC que consumiendo bebidas a 1,5ºC, a 10ºC o a 37ºC, como demostraron los experimentos canadienses.
Claro que esto sólo funciona si el ambiente es seco y llevas poca ropa o prendas transpirables, por ejemplo si caminas por el desierto. Cuando el aire contiene demasiada humedad, o la contiene la ropa que te cubre, el sudor no puede evaporarse y no cumple su función de enfriamiento. En ese caso, más vale decantarse por una bebida fresca.
Eso sí, lo que hay que evitar a toda costa es que la infusión supere los 65ºC, porque esa es la temperatura límite a partir de la cual bebidas como el café, el té o el mate favorecen el desarrollo de cáncer de esófago. No sea cosa que por evitar un mal contribuyamos a otro mayor...