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TIENE 14 AÑOS Y VIVE EN EEUU
Con las leyes en la mano Alana Saarinen no podría ser concebida hoy porque la tecnología embrional que se utilizó para su caso fue prohibida por motivos éticos en Estados Unidos en 2002, después de su nacimiento. Ahora es solo posible en el Reino Unido.
La madre de Alana estuvo 10 años intentando quedarse embarazada sin éxito utilizando varios programas de fertilidad convencionales. Hasta que cayó en las manos del Doctor Jacques Cohen y el equipo de embriología del Instituto Saint Barnabus de Nueva Jersey, pioneros en la transferencia citoplasmática.
Se trata de una técnica que consiste en utilizar mitocondrias de un donante (las mitocondrias tienen también partes de ADN) para eliminar enfermedades genéticas del receptor. La madre de Alana tenía genes defectuosos que le impedían llevar a término un embarazo convencional.
La mitocondria es el citoplasma del óvulo, es decir, el líquido que rodea al núcleo y que también contiene material genético. Cuando estos pocos genes de la mitocondria están defectuosos, los hijos engendrados a partir de este óvulo pueden tener dificultades para nacer o desarrollar graves enfermedades.
A diferencia del núcleo, la mitocondria es mucho más manejable y admite transferencia y manipulación genética: la técnica de citoplasmática consiste en extraer óvulos inmaduros y con la mitocondria defectuosa del receptor para que su núcleo sea transplantado al ovocito sin núcleo de una donante. Una vez completada la operación se procede a la fecundación espermática convencional.
El ADN mitocondrial es escaso y apenas ha cambiado en millones de años. De hecho gracias a esta invariabilidad se sabe que todos los humanos de la era moderna procedemos únicamente de siete mujeres africanas.