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PROBLEMAS PARA LOS TECNOADICTOS
Un experto alerta de que el uso abusivo del GPS podría hacernos perder nuestra habilidad para orientarnos y recomienda que la orientación y la lectura de mapas sea algo que se enseñe en los colegios.
No es raro ver a gente por la calle mirando concienzudamente su móvil mientras trata de orientarse en una ciudad, o a conductores escuchando atentamente las indicaciones de su navegador. Los sistemas GPS nos ayudan a llegar más rápido a nuestro destino o a situarnos mejor en el mundo. Sin embargo, esta útil herramienta podría hacernos perder nuestras capacidades innatas de orientación.
Así lo asegura el presidente del Instituto Real de Navegación británico, Roger McKinlay, en una carta escrita en la revista 'Nature'. Según este investigador, nuestra dependencia del GPS podría estar afectando a nuestras habilidades de navegación y orientación, ya que este tipo de capacidades “o se usan o se pierden”.
McKinlay llama la atención sobre el hecho de que la navegación es mucho más que conocer precisión la posición de un individuo. En ocasiones un sistema de navegación puede llevarnos por caminos cerrados o bloqueados, lo cual no quiere decir que uno esté perdido, ya que “el sistema de navegación por satélite conoce su posición con exactitud, lo que no conoce son las carreteras”, asegura McKinlay.
A este respecto, este investigador señala la importancia de que haya siempre un humano al control de la situación, sin fiarse al 100% del sistema, ya que “las consecuencias de los errores de posición, de mapas y rutas podrían ser graves”. Lo que recuerda el caso del hombre que falleció al caer su coche a un embalse o el del autobús español accidentado en Francia.
Según este investigador, para aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías debemos romper una serie de malos hábitos y destaca que no se debe olvidar que las herramientas de navegación digitales no son gratis. “Esta herramientas dependen de infraestructuras muy costosas, como satélites o estaciones de tierra, que los gobiernos tienen que pagar”, explica.
Además, asegura que debemos hacer un mejor uso de nuestras capacidades innatas y para ello McKinlay recomienda que los niños aprendan a orientarse por medios tradicionales y que la orientación y la lectura de mapas sea algo que se enseñe en los colegios.
Pero ¿es cierto lo que asegura McKinlay?
Es cierto que hay pocos estudios científicos que hayan analizado el problema, pero ciertas investigaciones realizadas en los últimos años parecen dar la razón a este investigador. Algunos estudios han probado que a los conductores que siguen las instrucciones de navegación por satélite les resulta más difícil saber dónde han estado en comparación con los que usan mapas. Además, tampoco se dan cuenta de que han pasado dos veces por el mismo lugar si van atentos al GPS.
Aunque el uso de los nuevos sistemas de navegación ha traído muchísimos más beneficios que inconvenientes, no está de más tener en cuenta las advertencias de McKinlay y, sobre todo, no olvidar que es nuestro cerebro el que debemos usar para orientarnos.