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EMPLEABAN UN ADHESIVO NATURAL

Arqueología experimental: cómo fabricar el primer pegamento prehistórico en el siglo XXI

Los neandertales fabricaron el primer adhesivo de la historia hace más de 200.000 años, pero los expertos aún no saben exactamente cómo lo hicieron. Un equipo de arqueólogos ha intentado averiguar el procedimiento en el laboratorio.

Los neandertales usaban brea obtenida de corteza de abedul como adhesivoPaul Kozowyk I Universidad de Leiden

No era de barra ni de tubo, pero los neandertales ya utilizaban pegamento prehistórico hace unos 200.000 años para fijar sus utensilios: unían los filos y las puntas de piedra y hueso a la madera para fabricar hachas y lanzas. Las pruebas arqueológicas más antiguas que denotan la existencia de estas sustancias de origen vegetal proceden de Italia y datan de una época en la que esta especie ya había conquistado toda Europa.

También se han encontrado en Alemania residuos de adhesivos y brea -una sustancia viscosa producida por algunos árboles y utilizada para fijar las piezas de las armas- de hasta 120.000 años de antigüedad. No obstante, si bien hace tiempo que los arqueólogos sospechan que los neandertales destilaban madera de abedul para sintetizar este pegamento natural, aún no han logrado dar con la técnica exacta.

Uno de los factores que intrigan a los científicos es que los neandertales ni siquiera disponían para esta tarea de recipientes resistentes como los contenedores de cerámica que usarían mucho después los mesopotámicos.

Para tratar de resolver el misterio, los científicos han optado por una solución al más puro estilo 'Bricomanía': preparar el adhesivo prehistórico en el laboratorio como lo habrían hecho estos hombres antiguos. Así lo ha hecho un equipo de arqueólogos experimentales de la Universidad de Leiden en los Países Bajos: han llevado a cabo una serie de experimentos para producir brea en suficientes cantidades con los recursos disponibles hace miles de años. Sus resultados aparecen recogidos en la publicación 'Scientific Reports'.

Una receta prehistórica

Aunque generalmente la obtención de brea de la corteza de los abedules se considera un proceso complicado, estos investigadores han demostrado que no es así. De hecho, han probado la eficacia de hasta tres métodos diferentes para elaborar el pegamento.

Una de las técnicas, conocida como 'del montón de ceniza', consiste en enrollar la corteza formando un fardo sobre el que apilaron después cenizas y brasas para provocar la síntesis de brea. En la segunda prueba el proceso era parecido, con la salvedad de que la corteza se colocaba sobre un hoyo.

Por último, los expertos utilizaron un método más complejo. Fabricaron un recipiente con la propia corteza de abedul y recubrieron con él las paredes de un agujero excavado en el suelo. Después, taparon el pozo con más corteza y restos vegetales y encendieron un fuego sobre el montón. Siendo la más laboriosa, esta técnica les permitió obtener un mayor volumen de brea.

Según estos científicos, los neandertales podrían haber utilizado cualquiera de estos procedimientos o bien combinarlos según el uso que fueran a darle al adhesivo y el momento en que lo fabricaran –podrían servir para crear utensilios o bien para reparar armas en campañas de caza–.

El pegamento prehistórico era utilizado para pegar puntas de lanza y filos de hacha | Diederik Pomsta I Universidad de Leiden

Es cierto que estos expertos no han sido los pioneros en intentar elaborar el pegamento prehistórico, pero sí los que mejores resultados han obtenido. “En otras pruebas experimentales, los investigadores sólo han conseguido extraer pequeñas cantidades de brea o ni siquiera han sacado nada”, sostiene Paul Kozowyk, líder de la investigación. Los fallos se debían en parte a que se le daba demasiada importancia a la regulación de la temperatura durante el proceso.

Las técnicas que utilizaban y el uso de un adhesivo cuando disponían de tan pocos recursos sólo es una prueba más de la inteligencia y habilidades de los neandertales, a veces subestimadas. Además de producir pegamento fabricaban joyas, pintaban sus cuerpos, decoraban sus cuevas e incluso utilizaban palillos de dientes. Incluso se han encontrado evidencias de que enterraban a sus muertos y hablaban como los humanos actuales.

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