Así es cómo los selfies nos están volviendo aún más esclavos de la imagen

Un proyecto fotográfico llamado ‘Selfie Harm’ (‘Daño por selfie’, en inglés) nos muestra cómo las imágenes pueden afectar a nuestra salud mental. Los resultados ya exhibidos se detienen, en concreto, en la acción de los selfis.

El fotógrafo británico John Rankin Waddell, conocido como Rankin y especializado en moda, retrató a 15 adolescentes, de entre 13 y 19 años. Tras ello, les pidió que editaran esas imágenes a su gusto, para que fueran más atractivas en las redes sociales. Para ello, tenían cinco minutos.

Los resultados fueron bastante sorprendentes: los jóvenes se pusieron unos ojos o labios más grandes, mientras que la piel era más brillante (hubo quien se añadió maquillaje). También, redujeron su nariz o todo su rostro.

Hay quién fue más allá y se deshizo de todas las pecas. Rankin dice que los resultados eran inquietantes, “casi como crear un personaje de dibujos animados de ti”.

“Es hora de conocer los efectos dañinos que las redes sociales tienen en la imagen de sí mismos”, dijo Rankin. “Es solo otro motivo por el que estamos viviendo en un mundo de miedo a perderse algo, tristeza, ansiedad en aumento y dismorfia de Snapchat”.

Su experimento muestra la omnipresencia de las imágenes retocadas y que la presencia de estas en redes sociales crea expectativas irreales sobre nuestra propia apariencia. En ello influyen mucho las imágenes retocadas que los famosos publican en redes sociales.

También, el experimento sirve para denunciar la obsesión por confeccionar la imagen perfecta y la presión para verse de una determinada manera. Demostró cómo en apenas unos minutos se puede alterar la apariencia, no solo con Photoshop, sino con muchas apps de retoque que existen.