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LA RELACIÓN ENTRE EL AMOR Y LA SALUD
Un reciente estudio sugiere que las personas casadas tienen mejor salud que las solteras.
Los investigadores analizaron los historiales médicos de 25.000 pacientes que habían sufrido un ataque al corazón, y encontraron que, si la persona estaba casada, tenía un 14% más de posibilidades de sobrevivir y de recibir el alta hospitalaria dos días antes que los solteros.
El trabajo, que fue presentado en la Conferencia de la Sociedad Cardiovascular Británica celebrada en Manchester hace unos meses, no es el único ensayo que saca a relucir las bondades del matrimonio. Parece ser que las personas casadas también:
¿Por qué existe esta conexión entre la vida en pareja y la salud? Muchos estudios científicos han intentado encontrar las razones, y parece que la clave está en el sistema inmunológico, mucho más fuerte en las personas que viven relaciones sentimentales felices. Además, también producen menos cortisol, la hormona del estrés, que a su vez está relacionada con el sistema inmune.
Por otro lado, se ha comprobado que las personas casadas corren menos riesgos, tienden a comer mejor y a llevar una vida más saludable, acuden con frecuencia a revisiones de salud y tienden a hacer más caso de las recomendaciones del médico. Además, la salud mental también se ve favorecida por la vida en pareja: está más que demostrado que la falta de apoyo social (aunque no tiene por qué, es cierto que las personas solteras tienen más riesgo de aislarse socialmente) aumenta las posibilidades de padecer depresiones y otros problemas psicológicos, que a su vez se relacionan con una peor salud.
En definitiva, aunque no hay una razón concreta para explicar todos los beneficios que tiene el matrimonio sobre la salud, parece que este conlleva una serie de efectos sobre los hábitos de vida, la salud mental y el estrés que fortalecen nuestro organismo.
Las repercusiones del estudio
Hay que tener en cuenta que hablamos de relaciones felices (lo de “más vale solo que mal acompañado” podría aplicarse perfectamente a este caso), y que el ser soltero tampoco significa que nuestra salud se vaya a resentir.
Sin embargo, estos estudios son muy útiles para mejorar la gestión sanitaria y la forma de atender a los pacientes: por ejemplo, puesto que sabemos que los casados se recuperan mejor de un infarto, se podría tener en cuenta el estado civil de una persona que acaba de sufrir un ataque al corazón y ofrecer así una atención diferenciada para los solteros.