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LA CIENCIA TE AYUDA

¿Buscas el regalo perfecto? La ciencia te puede dar algunos consejos

Regalar lo que te han pedido, no tener miedo de repetir regalo y no preocuparse mucho en pensar el regalo, son algunos de los consejos que se pueden sacar de varios estudios científicos.

Empaquetar regalosAgencia

Decía Medea, una sacerdotisa de la mitología griega, que los buenos regalos pueden persuadir incluso a los dioses. El problema, es que no siempre sabemos acertar y cuando se acercan la fechas navideñas, conseguir un buen regalo se convierte en un quebradero de cabeza para muchos.

La cuestión de cómo realizar un buen regalo ha sido analizado por varios investigadores a lo largo de los últimos años. Aunque parezca una tontería, comprar, entregar o recibir un obsequio es un proceso en el que intervienen muchos factores y que resulta muy interesante para los científicos que estudian el comportamiento humano.

Uno de los principales problemas a la hora de acertar con un regalo es que los dos actores principales, el que regala y el obsequiado, suelen tener puntos de vista opuestos sobre lo que es un buen regalo. Según un estudio publicado el pasado año, mientras que los primeros se suelen centrar en causar impresión en el momento de hacer el regalo, los destinatarios valoran más la utilidad del presente a largo plazo.

Regala lo que te hayan pedido

En resumen, los autores de este estudio observaron que el factor sorpresa es mucho más importante para el donante que para el receptor del regalo y que, de hecho, la mayor parte de los receptores "prefieren los regalos que habían solicitado explícitamente, porque dichos obsequios coinciden con sus preferencias”.

Según los investigadores, la raíz de este problema está en la diferencia de opinión acerca de lo que significa comprar un regalo no solicitado: “quienes hacen el regalo esperan que los regalos no solicitados sean más valorados por los destinatarios, cosa que en realidad pocas veces sucede”.

No es el único estudio que llega a esta conclusión, hasta cinco investigaciones diferentes realizadas en los últimos años afirman que los destinatarios de los regalos aprecian más aquellos que habían pedido explícitamente. Así que no debemos tener miedo de resultar previsibles, ya que si regalamos lo que una persona ha pedido, es más probable que acertemos.

No tengas miedo de repetir regalo

Otro de los factores que nos puede alejar de un buen regalo es el miedo a hacer el mismo a varias personas. En este sentido, un serie de experimentos realizados en 2013 demostraron que las personas suelen sentirse obligadas a elegir un artículo especial para cada persona, incluso cuando saben que el mismo regalo funcionaría mejor para varias de ellas.

Según los autores de este estudio, este sentimiento de hacer regalos individuales “parece surgir de que los donantes intentan ser considerados, tratando a cada destinatario como único”. Sin embargo, pensar mucho un regalo y preocuparse porque sea único no parece que sea un factor que influya mucho en los que lo reciben.

En un experimento realizado en 2012 una serie de voluntarios tenían que escoger regalos para otro grupo de personas. A algunos de los participantes se les dijo que pensaran cuidadosamente el regalo y a los otros que escogieran un producto al azar.

No, la intención no cuenta

A pesar de que todos los destinatarios sabían qué regalos se habían elegido al azar y cuáles se habían elegido cuidadosamente, resultó que todos gustaron por igual. Siempre y cuando el regalo fuera satisfactorio, los receptores no le daban importancia al tiempo que se había invertido en escogerlo. Es decir, que la intención no cuenta.

Sin embargo, los autores de este estudio concluyeron que pensar bien un regalo tiene una parte positiva, ya que puede hacer que la persona que escoge el obsequio se sienta más cercana a aquella a la que lo va a recibir.

“Si quieres sentirte más cerca de la persona a la que le estás dando un obsequio, piensa tanto en el regalo como sea posible”, concluyen los investigadores. Eso sí, también advierten de que “no te ofendas cuando pasen por alto el tiempo dedicado".

Y es que los roces que pueden surgir al hacer un regalo o recibirlo no tampoco son un asunto baladí. De hecho, según el primer estudio que hemos mencionado, ”en el mejor de los casos, un obsequio mal elegido solo irritará al receptor, y en el peor, puede alejar al donante y al receptor”.

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