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Molestos ruidos para quienes los padecen en primera persona, pero mucho más para sus acompañantes nocturnos: se calcula que el 45% de la población ronca en algún momento de su vida, y más en nuestro país. Según los datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el 50% de los hombres roncan al menos cinco días a la semana, mientras que en el caso de las mujeres el porcentaje disminuye hasta un 25%, que tampoco está nada mal.
Traemos buenas noticias: hay alternativas más allá de fármacos especializados, modificar nuestra dieta (consumir alimentos como la miel, la leche de soja, las infusiones de menta y algunos pescados puede paliar el problema) o someternos a tratamientos complejos para evitar los ruidosos cánticos nocturnos. Según un estudio publicado en la revista 'Chest', realizar un simple ejercicio de garganta cada día puede ser más que suficiente
La clave para acabar con el problema
El ronquido se produce cuando los músculos laríngeos se relajan, la lengua cae hacia atrás y las paredes de la garganta vibran. Al margen de lo incómodo que es tratar de conciliar el sueño mientras se reproducen estas ruidosas gárgaras, roncar puede derivar en problemas importantes de salud, que van desde trastornos como la apnea de sueño –en los que las personas experimentan periodos de más de 10 segundos sin respirar mientras duermen– hasta bronquitis crónica, enfermedades cardiovasculares e incluso desarrollo de diabetes tipo 2.
Tras analizar durante tres meses cómo influía en la reducción de los ronquidos de los participantes del estudio el practicar ejercicios respiratorios o de garganta, los investigadores encontraron que los de tipo bucal ayudaban a disminuir la frecuencia del ronquido en un 36% y el volumen de los mismos en casi un 60%.
“Objetivamente, los ejercicios realizados en la orofaringe –región anatómica que nace en la parte posterior de la boca, desde el paladar blando hasta el hueso hioides e incluye el tercio posterior de la lengua– son eficaces para reducir los ronquidos, siendo un tratamiento sencillo y eficaz para acabar con un problema que sufre gran parte de la población”, aseguraban los autores del estudio.
Los cuatro pasos para disfrutar de sueños silenciosos
Tres veces al día los 39 voluntarios se sometían a un indoloro lavado nasal a través de la inhalación de vapores o con una solución salina.
Además, la mitad de ellos realizaron otras tres veces una serie de movimientos con la boca y con la lengua similares a los que se recomiendan para mejorar la expresión oral durante unos dos minutos. Gracias a ellos fortalecieron sus dañados músculos faríngeos, reduciendo considerablemente los ronquidos nocturnos.
Toma nota y pruébalos, funcionan:
1.- Levanta la lengua, presiona con la punta el paladar y arrástrala hacia delante y hacia atrás.
2.- Dobla la lengua apoyándola por completo contra la parte trasera de los dientes cubriendo con ella todo el paladar. Haz el movimiento varias veces relajando y tensando la lengua.
3.- Coloca la punta de la lengua en la parte interior de la mandíbula inferior, en la zona de los dientes de abajo, hasta cubrir todo el suelo de la boca. Igualmente, repite varias veces el movimiento.
4.- Di “aaaa” a la vez que mueves la lengua hacia la parte posterior del paladar, lo más cerca posible de la campanilla, ejerciendo una tensión moderada.