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TODO INFLUYE
Se supone que los exámenes son pruebas objetivas para ver qué tal lo están haciendo los alumnos. Sin embargo, según investigadores de Copenhague, la hora de la prueba influye en las notas mucho más de lo que imaginas.
Según su investigación, lo mejor es hacer el examen a primer hora de la mañana. Después, las notas irán bajando según vaya pasando el día, debido a que los alumnos van acumulando cansancio mental.
El efecto de cada hora que se retrasa la prueba sería equivalente a haber perdido 10 días de clase, según los investigadores. Eso afectaría más a los alumnos que suelen sacar peores notas.
Si no hay más remedio que poner el examen más tarde los expertos recomiendan programar un descanso de unos 20 o 30 minutos justo antes.