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ELECTRICIDAD VS INTERNET

Cuando la electricidad era como internet y hasta preocupaban sus efectos para la salud

Los debates sobre la electricidad en el siglo XIX eran tan apasionados y extraños como los que tenemos hoy acerca de internet, su potencial democrático y su efecto sobre nuestro cerebro. De hecho, los agricultores fueron los primeros en usar la electricidad como si fuera internet, como medio de comunicación. Lo hacían a través de los alambres de espino que cercaban sus terrenos.

Cuando la electricidad fue como internet Agencias

Con el advenimiento del uso de la electricidad, muchos pensadores del siglo XIX, como Petr Kropotkin o Patrick Geddes, consideraron que ese fenómeno físico que apenas podían entender daría paso a una nueva era social en la que la ciudad y el campo, el trabajo y el ocio, se reconciliarían.

No era extraño que se depositaran tantas esperanzas en la electricidad pues, además de desconocerse las bases físicas sobre las que operaba, se publicitaba de forma entusiasta por experimentadores y organizadores de espectáculos.

Desde que Luigi Galvani la usara para contraer las patas de las ranas, como si aquélla animara los músculos de ésta, o de que su sobrino realizara espectáculos donde se animaban los cuerpos de asesinos recién ejecutados, la electricidad había ido adquiriendo el estatus de medio de comunicación descentralizado y democrático.

La liberación de la electricidad

Evgeny Morozov, en su libro 'La locura del solucionismo tecnológico', alude a un libro cuya traducción del inglés sería 'La revolución silenciosa o los futuros efectos del vapor y la electricidad en la condición humana'. Publicado en 1852, en él se hablaba entonces de la “red perfecta de filamentos eléctricos” que prometía "la armonía social de la humanidad".

También se consideraba que la electricidad propiciaría la descentralización de la sociedad al generar abundante energía a bajo costo, o como remata Morozov, "todo ello por no mencionar la compleja y polémica historia, repleta de batallas prolongadas y debates rencorosos, de la infraestructura física que posibilitó la amplia disponibilidad del suministro eléctrico".

Electricidad como infraestructura

De hecho, a rebufo de la infraestructura, la electricidad empezó a parecerse más que nunca a los primeros años de internet debido al modo en que fue usada por los agricultores y ganaderos.

Tanto es así que, dado que el teléfono aún no había llegado al ámbito rural, el alambre de espino fue el único medio de comunicación a larga distancia. Como si conectaran entre sí las tierras de cada agricultor, vaya, donde los paquetes de datos eran los impulsos eléctricos.

Los primeros cables llegaron a partir de 1874. En el momento de mayor auge, los agricultores, rancheros y compañías ferroviarias estadounidenses tendían más de un millón y medio de kilómetros de alambradas al año. Tal y como explica James Gleick en su libro 'La información', "como no estaba dispuesta a esperar que las compañías telefónicas se decidieran a salir de los centros urbanos, la gente del campo formó cooperativas de teléfono de alambre de espino."

Y, naturalmente, este internet de alambre de espino también causó las mismas zozobras entre muchos, que lo consideraban adictivo y una forma de perder la intimidad. El superintendente de la línea de Wisconsin mostraba su preocupación por los jóvenes, pues que se pasaban “todo el tiempo haciendo que el cable echara chispas”.

Afortunadamente, también hubo quienes defendieron estos nuevos sistemas de comunicación en red, en los que estaban involucrados el telégrafo y el teléfono, como el sociólogo Charles Horton Cooley. Reflexionaba que en la vida de aquel 1912 "la intimidad del barrio se ha roto como resultado del crecimiento de una intrincada malla de contactos más amplios, que nos convierte en desconocidos a los ojos de personas que viven en la misma casa […] disminuyendo nuestra comunión económica y espiritual con nuestros vecinos".

Como internet ahora, vaya.

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