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UNA NUEVA AMENAZA PARA LA SALUD
A finales del año pasado todavía no se conocía mucho acerca del virus del zika, pero durante el mes de enero nuestro interés y preocupación ha ido 'in crescendo'. La razón es el alarmante aumento en Brasil de partos de bebés con microcefalia.
Se trata de un fallo congénito que provoca que nazcan con una cabeza extraordinariamente pequeña y cerebros poco desarrollados, teniendo unas perspectivas de futuro con bastantes incertidumbres. Y es que ante el virus esa incertidumbre es tan alta como la preocupación desencadenada.
Conseguir una vacuna será todo un reto. Es por eso que el escenario más plausible es que en las regiones en las que esté presente, el virus del zika tendrá carta blanca para expandirse y que allí las únicas medidas preventivas serán externas. Dilma Rousseff, por ejemplo, ha permitido la entrada a las casas a la fuerza para desinfectar una por una si fuera necesario en un país con unos juegos olímpicos a la vuelta de la esquina.
El desafío es similar a la lucha contra el ébola, que hizo estragos en África en 2014 y pilló sin una vacuna aprobada para contener su propagación, además de una reacción lenta de la OMS. Las vacunas solamente comenzaron a utilizarse en la región el año pasado, después de que descendiera el pico máximo del brote, y solamente con ensayos clínicos.
La diferencia esta vez es que los científicos ya llevaban más de una década investigando sobre el virus del ébola. Mientras tanto la posible amenaza del virus zika ha pasado un poco de refilón porque no se veía como una amenaza grave para la salud pública, con previsiones de hasta cuatro millones de personas afectadas a nivel mundial durante este año.
Los plazos habituales
El período normal de desarrollo de una vacuna segura y efectiva partiendo desde cero es bastante largo, pero en el caso del zika se pueden aprovechar conocimientos con otras enfermedades relacionadas como el chikungunya. Ambas enfermedades son transmitidas por el mosquito 'aedes aegypti', al igual que la fiebre amarilla y el dengue, un mal endémico en prácticamente toda América del Sur... igual que el camio que lleva el zika.
Anthony Fauci, director del National Institute for Allergy and Infectious Diseases de Estados Unidos, cree que se pueden aprovechar conocimientos sobre virus similares y que es posible que antes de que acabe el año podría haber una vacuna experimental en Fase 1. Se trataría en cualquier caso de una fase muy preliminar en la que se prueba en entornos reducidos solamente para comprobar si se puede seguir testando la vacuna en personas, pero no aseguran que vaya a funcionar.
El médico cuenta a la publicación médica 'Stat' que, en el caso de EEUU, habría que diseñar y pasar dos largas fases de experimentación, recogida de resultados e intentos de las empresas para conseguir la la aprobación de la vacuna.
Una farmacéutica británica sostiene en 'Fortune' que el proceso habitual de desarrollo es de entre diez y quince años, aunque si hay una gran urgencia podría tenerse un producto listo en un plazo nunca inferior a 5 o 7 años.
Hay que seguir analizando el virus
Solamente en Brasil hay 4.783 casos sospechosos de microcefalia desde octubre de 2015 hasta ahora. De ellos, 404 han sido confirmados con estos síntomas y otras alternaciones del sistema nervioso central, como el síndrome de Guillain-Barré, un trastorno neurológico que provoca una parálisis progresiva desde los pies hasta la cabeza.
Lo normal en el país carioca, antes de la irrupción del virus, es que hubiera unos 150 casos de microcefalia anuales. Pero, al mismo tiempo que se puedan abordar potenciales antídotos, los expertos coinciden en que también se deben seguir analizando las causas de las microcefalias y del síndrome citado anteriormente en recién nacidos.