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COVID-19
Ir a la compra es una de las contadas actividades que implican salir a la calle permitidas durante el confinamiento. Con unas medidas de protección adecuadas, eso sí. Las tiendas limitan el número de personas que acceden al interior para garantizar la distancia física necesaria para evitar el contagio. Además, es aconsejable llevar guantes, ya que tanto en las estanterías como antes de llegar a ellas los productos pueden haber sido manipulados por trabajadores y otros clientes.
Recientemente, hay quien ha sugerido todavía otra pauta de precaución: utilizar bolsas de plástico. Su uso se había reducido e incluso prohibido en muchos países para evitar los graves problemas de contaminación que este material causa en todo el mundo. Como consecuencia, muchos habían recurrido a las bolsas de tela o las reutilizables que venden en los supermercados como alternativa.
Si bien no existen, de momento, evidencias científicas que demuestren que el tejido textil implique un mayor riesgo de contagio de COVID-19 que el plástico, algunos estados de EE. UU. recomiendan a los ciudadanos evitar las bolsas de tela o las reutilizables para evitar infecciones y uno las ha prohibido directamente.
Plástico o tela: lo importante es la higiene
Gracias a un estudio publicado en marzo, sabemos que el SARS-CoV- 2 puede permanecer activo hasta tres días sobre una superficie de plástico (en condiciones de laboratorio). El trabajo no incluyó los textiles entre los materiales considerados, así que no conocemos el tiempo que el patógeno puede sobrevivir en la tela.
Pero independientemente de la duración de este periodo y de que se utilice uno u otro material, es imprescindible tomar las medidas de precaución adecuadas, además de las más conocidas como evitar tocarse la cara y lavarse bien las manos con agua y jabón o emplear desinfectante.
En el caso de que se usen bolsas de tela, lo ideal es lavarlas después de cada uso siguiendo las mismas recomendaciones para la ropa. Según los expertos, lo mejor es poner la lavadora a 60°C o más, añadir algún enjuague extra y utilizar la secadora o la plancha para aumentar aún más la dosis de calor y acabar con los virus.
Las bolsas de plástico o nailon también hay que limpiarlas bien. Desde la Universidad de Carolina del Norte y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estadounidenses aconsejan aplicar agua y jabón por fuera y por dentro o bien pulverizarlas con lejía diluida o desinfectante con al menos un 70% de alcohol. Además, conviene dejarlas secar al aire antes de guardarlas o volver a utilizarlas.
Evidentemente, el riesgo es mayor en aquellas tiendas donde los empleados suelen meter los productos de los clientes en las bolsas, una práctica habitual en Estados Unidos. Si traen bolsas reutilizables, los trabajadores entran en contacto con muchas de ellas y no saben si los consumidores están enfermos o las han limpiado adecuadamente. Lo ideal es que sean los mismos compradores quienes guarden sus artículos.
Una alternativa si se quiere evitar las bolsas de tela es recurrir a un material menos contaminante que el plástico: el papel. La NOAA estima que las bolsas de los supermercados de este polímero pueden tardar hasta 20 años en descomponerse y las botellas hasta 450. Alrededor de ocho millones de toneladas de plástico acaban en los océanos cada año y, de seguir a este ritmo, en el 2050 la cantidad de este residuo en los mares podría superar en peso a la de peces.
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