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CON MENOS CORTISOL, PERO MÁS TRISTES
Quizá te lo hayas planteado alguna vez, sobre todo después de saber que está en juego tu privacidad: cerrar tu cuenta de Facebook para siempre. Desgraciadamente, no va a resultar fácil. Aunque tomarnos unas vacaciones de la red social pueda sentarnos bien en un principio, al poco tiempo sentiremos una imperiosa necesidad de volver.
Un reciente estudio, publicado en ‘Journal of Social Psychology’, ha analizado este fenómeno para demostrar que dejar Facebook provoca en el cuerpo una reducción de los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés. Sin embargo, este efecto positivo no dura demasiado, pues los desertores enseguida se sienten menos felices.
Para llegar a estas conclusiones, los autores del trabajo, investigadores de dos universidades australianas, llevaron a cabo un ensayo con voluntarios que dividieron en dos grupos: mientras unos no visitaron la red social durante cinco días, los otros siguieron utilizándola normalmente. Una vez pasado este periodo de tiempo, aquellos que la habían dejado estaban deseando volver.
Aunque debido al bajo número de participantes y el corto intervalo considerado es difícil extrapolar estos resultados a los miles de millones de usuarios de Facebook, sí son útiles para saber un poco más sobre el efecto que la red social tiene en las personas.
Por ejemplo, el análisis de la saliva de los voluntarios reveló que abandonar la red social por un tiempo producía una disminución de los niveles de cortisol. Sin embargo, estas personas no notaban ningún cambio en su estado de estrés psicológico, lo que podría significar que este tipo de plataformas de internet podrían causar alteraciones a nivel biológico en nuestro cuerpo de las que no somos conscientes.
No obstante, “mientras que los participantes mostraron una mejora del estrés fisiológico, también aseguraban que su bienestar había disminuido”, advierte el investigador Eric Vanman, líder del estudio. Este experto sugiere que la sensación de infelicidad se debe a que, al dejar Facebook, también perdemos contacto con nuestros amigos y conocidos.
Debido a estos efectos contrapuestos, Vanman y sus colegas sugieren que lo mejor para nuestra salud física y mental podría ser tomarnos unas vacaciones temporales de la red social de vez en cuando para librarnos del exceso de información. Lo cierto es que no podemos vivir sin ella, pero tampoco con ella.