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CUIDADO CON LOS TAPONES

Dejar que se acumule cera en las orejas es más peligroso de lo que parece

El clásico tapón de cera que te impide oír bien es una de las causas más comunes de pérdida de audición, sobre todo en las personas mayores.

Cera en las orejas Pixabay

Aunque no es cera, así se conoce. Esa sustancia pegajosa que se acumula en las orejas es en realidad cerumen, producido por el propio cuerpo para proteger el oído al adherirse a las partículas de suciedad. Comúnmente, el propio mecanismo de limpieza funciona y se elimina solo, pero un poco de ayuda por nuestra parte tampoco viene mal.

Cuando se acumula, surgen esos molestos tapones de cera, que en jerga médica se conocen como cerumen impactado. Aparte de lo desagradables que son y lo mal que oímos cuando los tenemos, lo cierto es que también son peligrosos. “Una cantidad excesiva puede causar pérdida de audición o timbres en tus oídos. Algunas personas experimentan vértigo, que incrementa el riesgo de caídas”, sobre todo en la tercera edad, según explica el doctor Jackie Clark, presidente de la Academia Americana de Audiología. Además, “estamos viendo cierta correlación entre la pérdida de audición y el deterioro cognitivo”, agrega el experto.

No es algo baladí. A alrededor del 10 % de los niños y adolescentes, el 20 % de los adultos y más del 30 % de los ancianos y las personas con alguna discapacidad se les llega a bloquear completamente el canal auditivo por una acumulación de cerumen. Hasta dos tercios de las personas que viven en residencias para mayores en los Estados Unidos lo sufren, y las cifras no deben ser muy diferentes a este lado del Atlántico.

“Parece algo muy básico, pero es una de las razones más comunes de que se presenten problemas de audición”, sentencia el doctor Seth Schwartz, coordinador de la guía para eliminar tapones de cera de la Academia Americana de Otorrinolaringología. Según las cifras de esta organización, al menos 12 millones de personas acuden al médico por exceso de cera en las orejas, 8 millones de las cuales necesitan intervención para eliminarla.

Y eso por no hablar de las muchísimas personas que se crean un problema ellas mismas al tratar de quitarse la cera con los artilugios más variopintos, desde los tradicionales y no tan recomendables bastones de algodón hasta las uñas o el capuchón de un bolígrafo. Lo más aconsejable es dejar que la naturaleza siga su curso y, si creemos que se ha formado un tapón, acudir al ambulatorio, donde lo podrán ablandar con agua y retirarlo. También podemos recurrir a soluciones líquidas de venta en farmacias, pero solo un profesional con ayuda de un otoscopio puede asegurarse de que no se haya producido un bloqueo del canal auditivo.