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CREA EL MISMO APETITO QUE FUMAR MARIHUANA
Después de fumar cannabis, es normal que una persona acabe engullendo alimentos calóricos y dulces. Se debe a la acción en el sistema nervioso de los cannabinoides, unos químicos abundantes en la planta.
Ambos tipos de moléculas, tanto las vegetales como las generadas por el organismo, actúan como mensajeros químicos del sistema endocannabinoide, una red de comunicación celular que regula procesos neurológicos como el dolor, el apetito y el placer obtenido al comer.
Los autores del trabajo, publicado en ‘SLEEP’, han analizado la variación de los niveles en sangre del endocannabinoide 2-arachidonoylglycerol (2-AG).
Normalmente, la concentración de este químico es muy baja durante la noche y aumenta lentamente por la mañana hasta alcanzar el máximo a mediodía, para volver a descender.
Sin embargo, tras pedir a catorce voluntarios que pasaran varios días durmiendo solo cuatro horas y media, observaron que presentaban unos mayores niveles del 2-AG que cuando habían descansado ocho horas.
Además, al ofrecerles alimentos como galletas de chocolate y patatas fritas, no pudieron resistirse a pesar de haber comido recientemente: los días que no durmieron bien consumieron el doble de grasas que aquellos en los que habían descansado suficientemente.