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¿ESTÁ PODRIDO O ES MI IMPRESIÓN?
Consumir un alimento fresco, ya sea pescado, carne o verdura, tiene un alto valor nutritivo cuando lo hacemos poco después de la compra. Ahora, un equipo de ingenieros chinos sugiere que averigüemos si un filete es fresco o por el contrario se ha estropeado con un peculiar dispositivo electrónico.
En concreto, han sido un grupo de científicos de China Aerospace Science and Industry Corporation, la mayor compañía estatal dedicada a la fabricación de misiles, los que han empleado sus conocimientos para un fin diferente: desarrollar este ‘gadget’ que evalúa si los alimentos están en un óptimo estado.
Esta suerte de ‘inhalador de frescura’ analiza el grado de frescura de la carne procedente de diferentes animales, como cerdo, ternera, cordero o pollo, e incluso puede estudiar la del pescado. Para lograrlo, detecta y mide la presencia de amoníaco y compuestos orgánicos volátiles con el fin de determinar la actividad bacteriológica en la carne antes de cocinarla.
El dispositivo está conectado a un smartphone por bluetooth. Así, después de colocar el dispositivo cerca de la carne durante diez segundos, la ‘app’ dará el veredicto. “Puede decirte si la carne es fresca, si no es tan fresca y necesita cocinarse bien o si ya se ha estropeado”, ha explicado Niu Ye, el ingeniero de la compañía encargado de desarrollar el producto a ‘China Daily’, el medio que ha dado a conocer el invento.
A juicio del investigador, no es difícil que un vendedor engañe “a las narices y a los ojos de los consumidores”, especialmente cuando el producto empieza a estropearse. Por eso, sus creadores piensan que el dispositivo puede ser muy útil para que los compradores controlen el estado de la carne proveniente de vendedores sin autorización en las zonas rurales o analicen la comida que olvidaron meter en el frigorífico o lleva demasiado tiempo en la nevera.
La primera versión del dispositivo no es perfecta, ya que tiene una precisión de entre el 80 y el 90 %. El próximo objetivo de los investigadores es mejorar el ‘gadget’ y fabricarlo para su venta en el país.
En realidad, no son los primeros que idean un artilugio similar. En 2016, ya salió a la venta Food Sniffer, un dispositivo que también huele la carne o el pescado crudo para determinar su grado de frescura. Ahora, en China también parecen querer tener su propia ‘nariz’ electrónica para que sus habitaciones eviten las posibles intoxicaciones.