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CONOCE AL FÍSICO NORUEGO ANDREAS WAHL

El divulgador científico que se disparó y saltó al vacío para demostrar las leyes de la Física

Ha sido capaz de dispararse con un rifle de asalto y de lanzarse al vacío para demostrar que las leyes de la física le protegerían. Eso es confianza científica (y espectáculo) y lo demás, tonterías

Andreas WahlWikimedia Commons

Se suele decir que lo que no es ciencia es creencia. Hay cosas que son demostrables y reproducibles, de forma que se sabe que suceden, en qué circunstancias y por qué. Hay, incluso, cosas que siempre suceden así si no se modifican las condiciones. Prueba, por ejemplo, a lanzar algo al aire: caerá. Siempre, al menos, que lo hagas sin alterar la gravedad o lances un objeto muy ligero en una corriente de aire.

Todo lo que no podemos demostrar, aquello sobre lo que no hay evidencia científica, pasa al ámbito de la creencia. Se pueden tener hipótesis -que se busca demostrar-, teorías -que se lo digan a Einstein, que luego las clava- o, ya en ámbitos fuera de la ciencia, la fe, confianza o deseo de que algo que no podemos demostrar exista -un dios- o suceda -una superstición-.

Ahora bien, como humanos que somos, en lo que a nuestra integridad personal se refiere solemos tener dudas. Por eso muchos temblarían de miedo al saltar de un avión en marcha por más que lleven un paracaídas sujeto a la espalda. O a muchos les agobia la idea de bucear a veinte metros de profundidad con una bombona de oxígeno. Racionalmente sabemos que no nos va a pasar nada... pero nos da miedo.

No es el caso del noruego Andreas Wahl (en Twitter e Instagram). Este físico de 32 años se ha convertido en uno de los divulgadores científicos estrella del país, en gran parte -como pasa a veces con la divulgación- por lo espectacular de sus demostraciones. No es que juegue con llamas espectaculares o maraville a la audiencia televisiva con asombrosos efectos: él, directamente, se juega la vida para la emisora NRK Viten.

Sólo a alguien con fe ciega en los cálculos se plantaría en una piscina delante de un fusil de asalto y, a pecho descubierto, accionaría el gatillo a distancia.

La cosa es que el agua es 800 veces más densa que el aire porque sus moléculas están mucho más juntas, lo cual ejerce un rozamiento sobre los cuerpos que hace que se detengan. Por eso, por ejemplo, te cuesta más moverte bajo el agua. Y es algo que afecta más cuanto más velocidad lleva un cuerpo -ni que decir tiene que un proyectil salido de un fusil de asalto va muy rápido-.

Wahl, que es un poco cafre pero no es tonto, sabía que el agua frenaría la bala antes de que llegara a impactar contra su cuerpo. Aun así... ¿tú harías eso? No, yo tampoco.

No es el único experimento arriesgado que ha hecho. De hecho, sus vídeos le han convertido en una celebridad. Como este otro, en el que se precipita al vacío colgado de una cuerda atada a un peso

La física dice que, con la longitud adecuada, el diámetro del eje exacto y un peso determinado para frenar el suyo propio, Wahl no llegaría a tocar el suelo. También dice que hay que usar una cuerda flexible para que el frenazo no descoyunte los huesos del osado divulgador. Una vez ajustado todo, salto al vacío.

Una cosa es saber y otra atreverse a comprobar con uno mismo. Porque sí, la ciencia no falla... pero por si acaso.

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