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CIENTÍFICAS DISCRIMINADAS

El 'efecto Matilda', o cuando las mujeres científicas no reciben el mismo reconocimiento que los hombres

Hay infinidad de casos de mujeres profesionales que, desarrollando un trabajo excelente, no han sido adecuadamente reconocidas por sus méritos, siendo mucho mejor valoradas las labores realizadas por colegas masculinos. En el terreno de la ciencia este fenómeno es conocido como 'efecto Matilda'.

El efecto MatildaWikimedia

Hoy en día, en pleno siglo XXI, muchísimas mujeres son discriminadas social y laboralmente en todo el planeta, tanto en países en vías de desarrollo como en los más avanzados. Hay numerosos casos en los que de una manera flagrante no se reconoce, premia o retribuye el trabajo por el mero género de sus responsables.

A lo largo de la historia numerosísimas profesionales han sido ninguneadas por ser mujeres, y un elevado número de obras, inventos y descubrimientos han sido injustamente asignados a varones sin reconocer que quien realmente estaba tras ese trabajo era una mujer.

Varios siglos atrás, cuando las mujeres tenían limitadas una gran cantidad de cosas -como estudiar, emanciparse o trabajar en según qué oficios…- muchas eran las que decidían travestirse y hacerse pasar por hombres para poder acceder a realizar aquello que ansiaban.

Afortunadamente en la actualidad la mayoría de esas barreras ya no existen, pero siguen quedando algunos resquicios en según qué partes de la sociedad e inconcebiblemente el campo de la ciencia es uno de ellos.

La ciencia no es una excepción

Y eso a pesar de tratarse de un área en la que se supone que hay personas con una amplia visión y una sólida formación académica. Hoy en día todavía siguen dándose algunos casos en los que ante un trabajo en conjunto realizado por un equipo mixto, tras la consecución de resultados, las menciones suelen ser mayores hacia los varones respecto a sus compañeras.

Muchos han sido los colectivos, asociaciones y personas individuales que han luchado a lo largo de la Historia para que esto cambiara y acabar con la discriminación entre géneros. Una de ellas fue Matilda Joslyn Gage, una reconocida defensora de los derechos de la mujer y activa sufragista de la segunda mitad del siglo XIX, que peleó lo indecible por conseguir la paridad entre ambos sexos.

Su lucha fue determinante y fundamental a la hora de conseguirse los primeros logros recién iniciado el siglo XX y su figura quedó para la posteridad como un ejemplo de perseverancia.

Tanto es así que su nombre pasó a utilizarse para denominar al fenómeno que consiste en infravalorar el trabajo de una mujer científica frente a la valoración que se le da al realizado por un hombre: en 1993 la historiadora de la ciencia estadounidense Margaret W. Rossiter acuñó al sesgo contra el reconocimiento de los logros de las mujeres científicas con el termino 'Efecto Matilda' en su honor.

El legado de Matilda Joslyn Gage, Margaret W. Rossiter y Harriet Zuckerma

Cabe destacar, no obstante, que durante un tiempo también se le denominó ‘Efecto Harriet / Matilda’, refiriéndose el primer nombre al de la socióloga Harriet Zuckerma. Durante la década de 1960 Zuckerma había trabajado en su tesis sobre este tipo de sesgos. El estudio de la socióloga contaba con el valiosísimo testimonio de numerosos científicos -entre ellos varios Premios Nobel-, que reconocieron que tras la mayoría de sus trabajos de investigación posteriormente premiados se encontraba en un gran número de ocasiones la inestimable colaboración de investigadoras, cuyas aportaciones habían sido de gran valor para el resultado final pero que no aparecían en los créditos tras publicarse.

En 1965 Harriet Zuckerma defendió su tesis que sirvió para que tres años después el sociólogo Robert K. Merton presentara un artículo hablando ampliamente del tema y al que bautizó como 'Efecto Mateo' -en relación a la parábola de los talentos que aparece en el Evangelio de San Mateo-. Lo curioso del asunto es que el nombre de la investigadora sólo aparecía en algunas notas a pie de página. A pesar de ello tuvieron una muy buena relación, contrayendo matrimonio en 1993, y una estrecha colaboración profesional.

En la actualidad todavía son muchas las investigadoras que siguen sufriendo algún tipo de discriminación a la hora de ser reconocida su labor, motivo por el que numerosas plataformas promueven constantemente actos de concienciación para dar a conocer el 'Efecto Matilda'.

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