TecnoXplora» CienciaXplora» Divulgación

ACTUALMENTE SE CIFRA EN MILLONES LOS VIRUS EXISTENTES

Elk Cloner: 35 años del primer virus informático

Lo que comenzó como una ingenua diversión adolescente, con el propósito de gastar una broma a sus compañeros de instituto, acabó siendo un virus informático que se propagó rápidamente a través de los diskettes que intercambiaban entre ellos.

Elk Cloner: 35 años del primer virus informáticoFlickr

Hoy en día pocos son los ordenadores en los que no haya instalado algún antivirus o software que, a modo de cortafuego y prevención. Su misión es la de proteger al equipo de algún programa malicioso, conocido comúnmente como virus informático o 'malware', que a su vez tiene como función principal dañar el sistema o robar información contenida en el mismo.

Es incalculable el número de virus que hoy se comparten –los expertos los cifran en varios millones- debido a que diariamente aparecen nuevos, ya sean modificaciones de otros ya existentes que se replican, ya sean creaciones específicas para atacar un fin determinado.

El término virus -o el de 'malware'- se usa de forma generalizada para referirse a todo aquello que engloba a diferentes tipos de programas dañinos para cualquier soporte informático, como pueden ser los troyanos, gusanos, spywares, keyloggers, backdoors, adwares o dialers, por citar unos pocos ejemplos de los softwares maliciosos más conocidos.

Y toda esa variedad -y más que hay- en sólo 35 años. Fue entonces cuando se creó el que es considerado como el primer virus informático que fue puesto en circulación con el propósito de dañar o modificar un ordenador.

Una broma adolescente

Su nacimiento se lo debemos a un joven estudiante de 15 años llamado Richard Skrenta –Rich- que residía en la población de Pittsburgh, en Pennsylvania. Bautizó a su criatura con el nombre de ‘Elk Cloner’, y su misión consistía en infectar, desde un disquete de arranque, el sistema operativo de los ordenadores Apple II.

Aunque el propósito inicial de Rich era gastar una pequeña broma a unos pocos compañeros de instituto, jamás pensó que aquel sencillo programa acabaría causando tantos quebraderos de cabeza y se expandiría de forma tan rápida y vertiginosa.

Era una época en la que pocas eran las personas que podían darse el capricho de poseer un ordenador, y aquellos que lo tenían compartían entre sí cualquier diskette conteniendo algún juego –debido a los altos precios de éste-, el cual no podía iniciarse y poner en marcha si no era introducido en la disquetera en el momento de arranque del aparato.

Parece ser que Rich tenía un buen manejo informático y sabía cómo modificar un disco de arranque de cualquier juego, provocando que el mismo se interrumpiera inesperadamente cuando la partida estaba en el momento más emocionante. Esto hacía enfadar a sus amigos –a quienes les había pasado ese disquete-, que tenían que acabar recurriendo a él para que les dijera cómo podían desbloquearlo y acabar la mencionada partida.

Eso fue así hasta que llegó el día en el que los amigos en cuestión aprendieron a desprogramarlo por sí solos, dejando así de necesitar las indicaciones de Rich.

Esto es lo que le llevó, a modo de venganza y pataleta adolescente, a crear un pequeño programa que iba incorporado en uno de esos diskettes y que, tras ser arrancado cincuenta veces, hacía aparecer un mensaje que decía lo siguiente (evidentemente en inglés):

Elk Cloner: El programa con personalidad. Obtendrá todos tus discos, se meterá en tus chips ¡Sí, es Cloner! Se pegará a ti como pegamento, cambiará también tu RAM ¡Pásalo, Elk Cloner!

El primero fuera de control

Pero con lo que no contaba Richard al crear ese programa malicioso –que no recibió el término de virus hasta dos años después- es que se propagara con tanta rapidez, pues éste se iba copiando de un diskette a otro, que a su vez se iban pasando entre sí los amigos, y estos a terceras personas. Según declaró el propio Skrenta en un artículo publicado en la revista 'Scientific American' en marzo 1985, el Elk Cloner llegó incluso a infectar el ordenador de su profesora de matemáticas.

Todos aquellos que se vieron afectados por ese malware lo pasaron realmente mal al no poder controlar aquel mensaje que aparecía en la pantalla de sus ordenadores y que no sabían cómo hacerlo desaparecer, ya que hay que tener en cuenta que por aquel entonces todavía no se habían comercializado los antivirus.

El asunto, sin embargo, tenía fácil arreglo: con unos pocos conocimientos de informática cualquiera podía eliminarlo.

Aunque este inofensivo Elk Cloner está considerado como el primer virus informático de expansión real y descontrolada, hay que tener en cuenta que una década antes ya se habían probado otros programas maliciosos –llamados 'de laboratorio'-, pero que no se habían propagado ni infectado ordenadores que no hubiesen estado bajo control. Ahí empezó todo.

Más sobre este tema: