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LO DEMUESTRA UN ESTUDIO
Un estudio muestra como los condados en los que Trump ganó más votos fueron aquellos en los que la esperanza de vida era claramente más baja.
Las preocupaciones sobre la salud y el aumento de las tasas de mortalidad pueden haber ayudado a inclinar las elecciones presidenciales de 2016 a favor de Donald Trump. Esto es lo que se deduce de un análisis de los patrones de votación y las tasas de mortalidad en EEUU.
En un estudio que ha sido publicado en el Journal of General Internal Medicine, un equipo de investigadores ha analizado las ganancias y pérdidas de votos delos dos candidatos de las elecciones, Hillary Clinton y Donald Trump, en cada condado y ha observado que aquellos que tienen una esperanza de vida más baja votaron por el candidato republicano.
Para probar esta hipótesis, los investigadores utilizaron los datos disponibles en cada uno de los 3.112 condados del país y compararon los cambios en la votación presidencial de 2008 a 2016 con los cambios en las tasas de mortalidad.
Los dos candidatos presidenciales de 2016 recibieron menos votos que los de 2008 en 398 condados, pero Trump mejoró los resultados del recientemente fallecido John McCain en 2.607 condados, mientras que Clinton solo superó a Obama en 108 condados.
Los resultados del estudio muestran que los condados con una ganancia neta de voto republicano tuvieron una tasa de mortalidad un 15% más alta que los condados con una ganancia neta en votantes demócratas.
Incluso el aumento en las tasas de mortalidad debido al alcohol, las drogas y el suicidio también fue 2,5 veces mayor en los condados donde los republicanos obtuvieron ganancia de votos en comparación aquellos en los que fueron los demócratas los que obtuvieron mayor ganancia.
Según el principal autor de la investigación, el profesor de la Universidad de Columbia, Lee Goldman, “habitualmente se argumenta que el presidente Trump ganó al recibir más votos de personas que se han quedado atrás económicamente, especialmente los votantes blancos mayores, menos educados y menos urbanos”.
Ahora, según se desprende de los resultados de su investigación, también se puede decir que los cambios en la esperanza de vida han sido un factor a tener en cuenta en las decisiones de voto.
Según este investigador, ”las perspectivas de salud reducidas son un marcador importante de insatisfacción, desaliento, desesperanza y miedo, sentimientos que se pueden haber alineado con los votantes de Trump”.
De esta forma, el empeoramiento de la esperanza de vida en zonas supuestamente demócratas como Michigan, Pennsylvania o Wisconsin parece haber favorecido a Trump y perjudicado a Clinton, que daba por supuesta la victoria en estos estados.
Estos hallazgos son consistentes con estudios anteriores que sugieren que Clinton podría haber ganado en Michigan si la prevalencia de diabetes hubiera sido un 7% menor, en Pennsylvania si un 8% adicional de sus residentes hubiera realizado ejercicio físico regularmente o en Wisconsin si su tasa de consumo excesivo de alcohol hubiera sido un 5% menor.
Aunque este tipo de estudios no ha demostrado una relación causa efecto, puesto que tan solo ha mostrado una asociación entre los datos, no está de más tener en cuenta estos resultados, ya que mejorar la salud de la ciudadanía podría, no solo reducir la mortalidad, sino también evitar sorpresas desagradables en unas elecciones presidenciales.