Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
LA DISTRIBUCIÓN DE LOS ALIMENTOS HACE QUE TE GUSTE MÁS LA COMIDA
Investigadores de Reino Unido han llevado a cabo un experimento que revela que la colocación de los alimentos en un plato es determinante en nuestra sensación de lo que es más o menos apetecible. Además, aseguran que las personas estamos dispuestas a pagar más si estos están distribuidos hacia la derecha.
El simple acto de girar el plato puede hacer que la comida tenga mejor sabor. ¿Cómo es posible? Un experimento llevado a cabo por el laboratorio de investigación Crossmodal de la Universidad de Oxford (Reino Unido), con más de 12.000 participantes, reveló que ciertas orientaciones de los alimentos hacen que estos parezcan más deliciosos. Las personas están potencialmente más dispuestas a pagar una mayor suma por los alimentos si estos están orientados de forma óptima.
La investigación demostró cómo los alimentos que se encontraban en un ángulo concreto dentro del plato eran percibidos como más deliciosos. Así, la orientación ideal para los alimentos más deseables en un plato es de 3,20 grados hacia la derecha, con los menos apetecibles a la izquierda. Todo se debe a una cuestión cultural.
Según Charles Michel, líder del estudio, estos hallazgos “podrían ayudar a mejorar las experiencias culinarias de cada día. En nuestras culturas occidentales asociamos la izquierda con lo negativo o malo y lo que se encuentra abajo con menos. La derecha y la zona superior son por tanto, las más óptimas para todo: mejor y más, derecha y arriba. Curiosamente, estas asociaciones implícitas podrían ser aplicables a un plato de comida, y tal vez incluso traducirse a lo que las personas están dispuestas a atribuir más valor, es decir, a pagar más por el plato”.
La ciencia de los alimentos
Lo cierto es que el resultado de este experimento no es para tomarlo a la ligera, pues se trata de uno de los estudios sobre psicología de los alimentos más grandes que se han realizado nunca. Los 12.000 voluntarios expusieron de qué forma ciertas orientaciones de la comida provocaban que los alimentos parecieran más apetitosos, más llamativos y con una consecuencia económica importante para el restaurador: un plato con unos alimentos perfectamente orientados puede cobrarse más caro que si los mismos alimentos estuvieran colocados de distinta forma.
Los cocineros normalmente se basan en su instinto a la hora de presentar la comida, pero lo que han bautizado como “gastrofísica” podría desempeñar además un papel importante en la comprensión de la disposición óptima de los alimentos. Esta teoría explicaría por qué los restaurantes suelen evitar los platos en forma de V, ya que pueden ser considerados agresivos.
“Esto es sólo una de las primeras ideas, ya que es muy probable que muchos de los principios de la estética visual se apliquen cuando se trata de comida”, comenta Michel.
Los resultados de la investigación se publicaron en la revista Food Quality and Preference.