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OPOSICIÓN A POSTULADOS NO PROBADOS CIENTÍFICAMENTE
El Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina, desde ahora, “se opone firmemente al uso de prácticas diagnósticas y terapéuticas sin eficacia demostrada en pacientes, especialmente de las medicinas sin evidencias científicamente demostradas”. Este Consejo, máximo órgano de representación de los estudiantes de Medicina de todas las facultades españolas, acaba de aprobar un posicionamiento en contra del uso de las “mal llamadas terapias alternativas“, como la homeopatía.
Los estudiantes de Medicina consideran que estas terapias sin fundamento científico son peligrosas para la salud de los pacientes y por eso no deberían ni siquiera enseñarse en las facultades ni formar parte de ningún proceso formativo de los futuros médicos. “El derecho del paciente a la protección de su salud se encuentra por encima de todo, no pudiendo de ninguna manera ponerse en peligro por utilizar terapias o tratamientos no basados en la experimentación empírica y medida y que no están sujetas a los principios específicos de las pruebas de razonamiento”, asegura el Posicionamiento contra las Terapias Alternativas sin Evidencia Científica (PDF).
Los estudiantes de Medicina consideran que estas medicinas alternativas “suponen un problema de salud“, ya que no se le receta al paciente el tratamiento idóneo en función de la evidencia científica del momento sino que “se le ofrecen en su lugar medicinas sin estas evidencias con posibles efectos secundarios no conocidos, lo que llevará en numerosas ocasiones a agravar el pronóstico del paciente y dificultar su tratamiento“.
Además, el texto aprobado por el Consejo asegura que es “inadmisible la promoción” de estas terapias “entre el alumnado y los profesionales sanitarios, ya sea por parte de la Universidad, Colegios de Médicos u otras entidades así como la existencia de planes de estudio o estudios de postgrado que contengan competencias que pretendan la integración de las mismas en la práctica médica”.
“Como estudiantes nos posicionamos en contra de que las instituciones científicas, sobre todo universitarias, auspicien y promocionen estas terapias de forma activa. Creemos que es necesario concienciar a los estudiantes de la ineficacia de éstas y evitar que con su uso en su futuro profesional puedan producir daños a sus pacientes y contradigan los principios deontológicos”, concluyen.