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¿ESTÁ CALENTITA EL AGUA?
¿Te pican mucho los ojos -o sientes fatiga si eres asmático- en las piscinas comunitarias? Pues espera a leer las conclusiones de un estudio canadiense...
Hacerse pis en la piscina es algo reprobado por todos pero que mucha gente sigue haciendo a -digamos- hurtadillas. Ahora por fin podemos saber el nivel de incivismo y poca consideración que tiene la gente que se comporta de esta manera (si es que te picaba la curiosidad).
Unos investigadores canadienses han realizado un estudio a gran escala para medir la cantidad de orina presente en las piscinas públicas de su país. Las conclusiones no son muy halagüeñas, ya que revelan que las personas que 'evacuan' en el agua son muchas más de las que pensamos.
De hecho, según publican en 'Enviromental Science and Technology letters', analizando una piscina olímpica hallaron alrededor de 75 litros de orina, mientras que en las más pequeñas encontraron unos 30 litros de media. Unos datos que hacen que muchos estén deseando que el mítico producto que se chiva de quién ha miccionado deje de ser una leyenda urbana.
Para evaluar la cantidad de orina los científicos midieron la cantidad de Ace-K, un edulcorante artificial muy utilizado al otro lado del Atléntico y fabricado a partir de sales de potasio. Este aditivo se elimina prácticamente al 99% con la orina sin que sufra transformación, por lo que es muy útil para este tipo de estudios.
Así, en 250 muestras de 31 piscinas encontraron concentraciones de Ace-K que iban de 30 a 7110 nanogramos por litro, siendo 570 veces superiores que en agua del grifo. Hicieron los análisis durante tres semanas seguidas y, sobre esta base, pudieron determinar la cantidad de orín que potencialmente podía haberse mezclado con el agua.
El contacto con la orina no es obligatoriamente peligroso para la salud humana (aunque nos resulte asqueroso) y la del estudio es una cifra que se mezcla con enormes cantidades de líquido (una piscina puede tener más de 800.000 litros de agua).
El problema es que algunos compuestos de nitrógeno orgánico de la orina puede reaccionar con el cloro añadido al agua, pudiendo formar sustancias volátiles irritantes para los ojos y los bronquios como la tricloramina. Esto puede ser fatal para la buena parte de la población que sufre de asma. Además, la exposición a largo plazo a estos compuestos de nadadores y trabajadores puede ser muy negativa.
Hasta aquí los resultados. Estaría bien que alguna prueba pudiera llegar a averiguar el número de personas que hace sus aguas menores en piscina, para conocer el porcentaje de incívicos que hay en nuestras piscinas compartidas. Y, por cierto, vaya repelús da pensar en el jacuzzi de un spa ahora mismo...